Entre 60.000 y 70.000 personas han recorrido la Zaragoza más desconocida de la mano de las visitas teatralizadas de Gozarte, que cumplen quince años como alternativa de ocio durante las noches de verano.

En este tiempo han organizado numerosas rutas por la cultura y la historia de la ciudad, como Bajo la Luna Mudéjar, un recorrido nocturno alrededor de la Seo, en el que el barrio de la Magdalena retrocede hasta el siglo XVI. Unas visitas que hacen realidad deseos morbosos como pasar Una noche en el cementerio o escuchar relatos sobre Brujas, duendes y otras criaturas. Estos recorridos tan particulares son guiados por decenas de actores que encarnan a los protagonistas de las historias que cuentan. Tales como el ciego Salvador, miembro de la cofradía de ciegos de la ciudad del siglo XVI; o la señorita Eugenia, una chica que vivió la exposición hispano-francesa. Algunas son figuras ficticias, otras son tan reales como la maja de Goya o el pintor.

«Cada una de las visitas aporta algo diferente», explica Carlos Millán, gerente de Gozarte. Para esta temporada han organizado cuatro rutas. Una de las más singulares es Tras la sombra de los Cartujos, situada en el barrio de la Cartuja Baja. Otra de las propuestas es un viaje 901 años atrás en el tiempo, a la Zaragoza de Alfonso el Batallador. Los aficionados al arte y la historia también podrán disfrutar del clásico paseo por el cementerio de Torrero, y de los misterios de recorrer la iglesia de San Felipe. Todas las visitas tienen lugar los fines de semana. La entrada oscila entre los 13 y 15 euros, y se podrán reservar a través de la página web de Gozarte.

Otra de sus actividades veraniegas es 7 iglesias a la fresca. «Descubriremos el patrimonio que hay dentro, cosas que ni nos imaginamos», señala Millán. En concreto, los asistentes se podrán acceder a la Iglesia de San Gil, San Miguel, Santiago el Mayor, la Iglesia del Seminario de San Carlos, la de la Cartuja Baja, San Felipe o la Parroquieta de La Seo. Las que más curiosidad puede despertar es la iglesia del Seminario de San Carlos ya que no es un lugar que suela estar abierto al público. Igual de interesante que la de San Gil, a cuya torre podrán subir los visitantes, además de visitar la cripta y entrar a la sacristía.