Día grande para el Museo Goya de la Fundación Ibercaja. El espacio expositivo de la calle Espoz y Mina de Zaragoza ha incorporado a su colección el cuadro del genio de Fuendetodos que representa a San Ignacio de Loyola. Pintado por Goya en torno al año 1775, el óleo se suma a la colección permanente del museo procedente de un propietario anónimo que ha decidido cederlo en depósito. "El dueño, que nos ha pedido que no desvelemos su identidad, no nos ha marcado ninguna fecha; esperemos que esté con nosotros muchos años", ha subrayado este jueves en la presentación el presidente de Fundación Ibercaja, Amado Franco. La fórmula de la cesión ha sido utilizada con buenos resultados por la fundación en estos últimos años. Sin ir más lejos, el museo ya incorporó en julio del 2019 el cuadro 'San Agustín' bajo esta misma fórmula.

Con este nuevo activo en su colección, el Camón Aznar reafirma su compromiso de "realzar y dar a conocer la figura de Goya", tal y como ha destacado Franco. Y lo hace, además, en el año en que se conmemora el 275 aniversario del nacimiento del aragonés más universal. "Hoy es un día de fiesta y celebración para el museo porque viene a quedarse con nosotros otro Goya", ha subrayado por su parte el director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo Escrig, que ha participado en la presentación junto a Franco y la directora del Museo Goya, Rosario Añaños.

El cuadro de San Ignacio de Loyola es un óleo sobre lienzo de 85 por 75 centímetros, realizado alrededor de 1775 y que se muestra a partir de este jueves en la sala principal del museo, junto a las demás creaciones del artista.

Se trata de una obra en la que Goya pintó al fundador de la compañía de Jesús, en sus últimos años de estancia en Zaragoza o en los primeros momentos de su llegada a la Corte, tras el periodo de formación en Italia. Aunque no existe documentación que lo acredite, se cree que tiene su origen en un encargo realizado por Juan Ignacio Ezcurra (1750-1827), que pasó a sus descendientes y se mantuvo en esa familia hasta los años 70 del pasado siglo.

Tal y como ha destacado Añaños, lo que más caracteriza a la obra es "la utilización de la luz", una constante en todas las obras de Goya desde esa época y hasta su fallecimiento. "Todos los especialistas coinciden en que más que la representación de un santo es el retrato de un santo", ha subrayado Añaños. En el óleo se observa la maestría del genio de Fuendetodos, sobre todo en la profundidad de la mirada y su expresividad, así como en la citada iluminación que resalta el halo de santidad sobre el fondo abstracto. Goya ejecutó las manos con pinceladas de gran precisión, utilizando con pericia el color. Su habilidad con veladuras y transparencias permiten apreciar incluso las venas en su mano izquierda. "Ya se sabe que se dice que cuando pintaba las manos cobraba más por sus cuadros y aquí tienen un protagonismo especial", apuntó Franco.

Este 'San Ignacio de Loyola' de Goya salió a subasta el 18 de diciembre del 2019 en la galería madrileña Ansorena, pero al menos ese día se quedó sin comprador al no haberse alcanzado el precio de estimación: entre 600.000 y 800.000 euros. La obra fue puesta a la venta entonces por un coleccionista particular de Zaragoza. Ahora, por suerte, podrá ser disfrutado por todos los amantes del genio de Fuendetodos.

El cuadro representa al santo de medio cuerpo, girado hacia la derecha y mirando al espectador casi de frente. En la imagen, San Ignacio de Loyola viste el hábito oscuro de la orden, con el rosario prendido en la cintura; y en sus manos porta un libro con una inscripción: "ad maiorem dei gloriam" ("a la mayor gloria de Dios"). Se muestra sin la barba con la que habitualmente es representado y destaca la expresividad de los ojos. En el ángulo superior derecho del óleo aparece el anagrama de la Orden.

Tras su llegada, el cuadro ha permanecido durante unos días en su embalaje de transporte, para dar el tiempo necesario a la aclimatación. Posteriormente, se han realizado trabajos mínimos de adecuación para su colocación en la sala principal que reúne las otras obras del pintor aragonés.

El museo de la Fundación Ibercaja muestra a Goya y su obra en su contexto cultural y artístico, con sus precedentes y sus consecuencias creativas hasta nuestros días, y haciendo hincapié en los grandes artistas aragoneses contemporáneos, que constantemente han vuelto al maestro para inspirarse.