La Fundación Ibercaja ha presentado este lunes la cuarta sesión de del ciclo Goya, un pintor genial, en este caso con la intervención de Agustín Sánchez Vidal, catedrático de Historia del Cine en la Universidad de Zaragoza, quien abordó la relación entre este arte audiovisual y la figura del pintor de Fuendetodos desde los inicios del cine, así como la influencia de su pintura en los directores nacionales e internacionales.

La tarea de analizar de manera completa la presencia de Goya en el cine, como ya adelantó el catedrático, se trata de «un tema complejo y resbaladizo», aunque no por ello no profundizó menos en las muchas producciones «goyescas» ni en la huella que ha dejado en el arte cinematográfico. Sánchez Vidal comenzó su intervención haciendo un breve repaso a aquellos inventos del «cine antes del cine», como el kinetoscopio de Edison, o el previo tutilimundi sobre el que el propio Goya satirizó en sus obras mostrando su desconfianza por la manera en la que cambiaría la perspectiva de la gente, y que sirvieron de precursores para la industria audiovisual. Ya con las producciones de Hollywood y las soviéticas, las cuales optaron por una iluminación inspirada en otros artistas pictóricos, hasta la interpretación de Goya como personaje, en la piel de actores como Paco Rabal, entre otros, el catedrático explicó las diferentes formas en las que el cine había tomado de referencia al pintor. Muchos de ellos, es inevitable pensar, como contó el catedrático, provienen a partir de los Desastres de la guerra y las pinturas negras, cuya crueldad y fuerza visual han llevado a inspirar tanto largometrajes de ficción como series de televisión.

De aquellos que nunca se llegaron a grabar también habló Sánchez Vidal, como el proyecto de Orson Welles, «el más interesante habría sido el suyo», apuntó. De otros que sí se llevaron a cabo también habló, como Goya en Burdeos, de Carlos Saura, y otras producciones del cineasta oscense donde ya incluía imágenes similares. Más allá de las producciones internacionales donde Goya tuvo un papel protagonista, el catedrático quiso señalar Pasión, de Jean-Luc Godard, historia que seguía a un director con el encargo de realizar una serie sobre grandes cuadros, entre ellos los de Goya, La peculiaridad de esta producción era que la cámara de grabación formaba parte de la película, y en varios planos, aunque parecía buscar la complicidad de las víctimas retratadas por Goya, en otras se le criticaba, como cuando aparecía del lado de los fusiles en el 3 de mayo, como si fuera una cómplice más.

Con largometrajes de segunda mitad del siglo XX y los más actuales, como el cortometraje de Saura que se ha grabado durante el pasado mes en Teruel, Agustín Sánchez Vidal concluyó que las influencias de Goya en el cine «siguen muy vivas».