Dos de los conciertos más esperados del SoNna Huesca, el de Amaral (17 de septiembre) y el de Rozalén (día 18) en la Cartuja de las Fuentes de Sariñena, sacarán a la venta 200 entradas más el próximo miércoles (a partir de las 10.00 horas en la web de la DPH) después de que el Gobierno de Aragón haya aprobado un aumento de aforo del recinto teniendo en cuenta la situación sanitaria. El precio de las entradas es de 24 euros.

El anuncio llega después de un fin de semana en el que las ripas del tramo medio del Cinca han sido las protagonistas principales de los paisajes que el festival ha recorrido estos días. Sobre el escenario de Alcolea de Cinca, el viernes estuvieron los zaragozanos Elvira Vallés y Alberto Solobera, que aparecieron escena, como en ellos es habitual, ataviados de sacerdote y sacerdotisa de una extraña creencia: una religión en la que el dios es la música. El dúo sorprendió con lo que ellos denominan pop surrealista y que se apoya en la voz y los teclados de Elvira, y el manejo de la guitarra y las bases electrónicas que hace Alberto Solobera. Santoral hizo un recorrido por el surrealismo de Buñuel y por el disco Pecado sin espinas, además de avanzar varios temas de su próximo trabajo, previsto para final de año.

Por su parte, el sábado, en la ermita de San Elías, en Valcarca (Binaced) fue el turno de Los Bengala. Allí repasaron sus dos exitosos discos, Incluso festivos y Año selvático, y dejaron algunos de sus temas más conocidos como Jodidamente loco o No hay amor sin dolor para el tramo final. A pesar de haber perdido a uno de sus miembros fundadores, Borja Téllez, que abandonó su carrera musical, Los Bengala se han reconstruido en torno al otro miembro del dúo, Guillermo Sinnerman, sin perder un gramo de personalidad. Sinnerman ha sabido sumar al batería Álvaro Clemente y al guitarra y bajo Guillermo Esteban, todos ellos de Zaragoza.

Por último, hoy, el SoNna Huesca inicia el largo periplo monegrino, por Castelflorite, Alberuela y Sariñena, en la plaza de Nuestra Señora de la Lumbre de Castejón de Monegros, con el espectáculo Prexina de los oscenses del Circo La Raspa, inspirado en Marcelino Orbés, y en él se utilizan prácticas de circo que él ya usaba.