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CRÍTICA LITERARIA

Un asunto de amor

Los potentes diálogos dominan el texto con maestría en 'Una joven pareja'

Un asunto de amorEL PERIÓDICO

Llevo mucho tiempo disfrutando de los libros de Marcos Ordóñez y supuso una gran alegría conocer que salía un nuevo título cuya lectura acabo de terminar ahora mismo, inmerso en el silencio de la madrugada. Ay, qué extraño habría sido no sentirme hoy parte del escenario, a finales de los setenta y principios de los ochenta, época que viví en edades similares a las de los protagonistas. Persistía entonces el deseo de soltar las riendas y caminar hacia otra cosa, de vivir momentos únicos en compañías muy especiales, de ser parte de un estallido cultural en el que cualquier inspiración tenía cabida. De sentir que el blanco y negro daba paso al color.

Patricia e Iván forman el título; es decir, una joven pareja. Y Patricia e Iván forman también el argumento; es decir, se conocen, se gustan, se entienden, se atreven, se deciden, se enfadan, se comprometen y se dedican a construir un mundo propio al que pertenecer. Tienen las ideas claras pero los signos de madurez que muestran no aplacan la espontaneidad y la frescura que derrochan a raudales. Recreándose en una rebeldía que les es intrínseca, cuentan con su propio lenguaje, frases a medio hacer, motes, palabras tontas creadas de la nada, códigos cómplices que les acercan y que consiguen alejar a quienes son ajenos a tanta intensidad.

Me encanta cómo está escrito. Frases realmente ingeniosas entre las que se incluyen las que él, Iván, recopila conforme las escucha por casualidad. Y lo hace a causa de ese repetido afán por añadirlas a la obra que construirá al convertirse en escritor, profesión con la que aspira a ganarse la vida en el futuro. Sin alardes narrativos por parte del autor, que construye, pule y mima cada expresión como ningún otro, se viaja por las líneas, por los párrafos, por las páginas que invitan a deslizarse mientras no se dejan de escuchar los potentes diálogos, que dominan el texto con maestría, como si un ejercicio teatral se pusiera a los pies del lector. Ella y él, sus amigos y sus amigas, sus familiares, sus dificultades, sus mascotas, sus sueños. Todo ello a través de las palabras que salen de sus bocas y que dibujan un panorama lleno de ilusiones.

Me encanta cómo la época en la que se desarrolla la acción sabe a dicha época. Los acontecimientos políticos, el servicio militar, los flirteos con la música y el cine, la curiosidad por descubrir a cada momento lo que se muestra ante sus ojos derivan en un retrato impecable. Marcos Ordóñez sabe mucho de cine, y aquí se detecta fotograma a fotograma. Los títulos citados son otra referencia más, y dicen mucho de las inquietudes de esta joven pareja que disfruta de cada segundo que comparten, incluso cuando algún inesperado recelo les alerta.

Lo de la música es igualmente punto y aparte. Se citan autores imprescindibles que indican lo importante que fue para aquella generación buscar el disco deseado, enloquecer con programas de radio en los que se descubrían grupos de los que lo habitual era, en cuestión de horas, hacerse incondicional y escuchar como si se tratara de un bálsamo para el alma. Rodeado de gente, en pareja o en solitario, daba igual, nada había que pudiera hacerse sin música de fondo, sin una sintonía, sin una subida de tono que animara a cantar y a dejarse llevar.

No importa si es en la ficción o si es en la realidad, esta es una novela en la que las sonrisas no se apagan. Cualquier vivencia está lograda con minuciosidad y es digna de evocación y de atentas miradas. El narrador se muestra escueto y deja hacer a sus personajes, y aunque parezca que es pausado el ritmo de sus acciones, estas son esenciales porque son la base de la convivencia, a la que llaman rutina, que vendrá después. Al fin y al cabo, no es extraño que en las distintas etapas de la vida surjan momentos de girar la cara y remontarse a los principios.

Una joven pareja es una novela que se lee muy rápido, que se estructura en capítulos cortos en los que se suceden los guiños a infinidad de elementos que componen nuestro imaginario. Es una novela muy bien escrita, y muy bien corregida, cosa que cada vez escasea más lamentablemente. Es una novela publicada por Pepitas Ed., y cuyo lema, ‘Una editorial con menos proyección que un cinexín’, me resulta cautivador. Como esta joven pareja, claro. 

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