Suenan dos notas de piano que se repiten en una secuencia que casi parece una nota pedal. Entra la trompeta en un arranque suave, atmosférico; luego, el contrabajo (regularmente sonorizado) y la batería. La sección de ritmo mantiene el tono, pero la dinámica de la trompeta aumenta hasta cerrar la pieza manteniendo la nota hasta casi la extenuación. Era A moment In Between The Rest, o sea, el comienzo del concierto del cuarteto del trompetista Ambrose Akinmusire, instrumentista que extiende los márgenes del jazz y que la noche del viernes, en la Multiusos, facturó uno de los conciertos más singulares que se han visto y se verán.

Ambrose huye de los melismas como de la peste, su soplo es directo, de fraseo corto y con querencia a los armónicos. Y así transita por senderos musicales de difícil taxonomía en ocasiones. Pero hay más: como a Miles Davis, aunque sus timbres son muy diferentes, le gusta economizar su toque y dejar que los músicos se explayen a gusto, armando sustanciosos diálogos en los que él interviene para poner el enunciado justo, la locución arrebatadora.

En Tide of Hyacinth, el piano de Micah Thomas, un bárbaro de las teclas explorador del jazz tonal, abre cancha con un fragmento casi atonal que deriva en Monk. La trompeta puntúa ese ambiente y remata abrumadoramente. En Interlude el contrabajo (Harish Raghavan) inicia faena con muy pocas notas, tónica que sigue la trompeta con un obstinado obstinato, reproduciendo sonidos callejeros para pasar luego a un paisaje impresionista que concluye en un soundscape de pinceladas más largas. La conversación musical entre los músicos (falta citar al espectacular pero preciso y espléndido baterista Kweku Sumbry) dibuja los trazos de Roscoe, un homenaje a Roscoe Mitchell, saxofonista del Art Ensemble Of Chicago, con una ataque minimalista de trompeta.

Yesss muestra tal vez el panorama más clásico del programa, con notas infinitas y un final trufado de armónicos. Blues se resuelve como un himno. Es una pieza breve e intensa, en la que piano y trompeta destacan. Reset (quiet victories&celebrated defeats) es otra maravilla de frases cortas y dinámica acentuada. Umteyo es una gozosa demostración de cómo enlazar los patrones jazz con el dodecafonismo, y en el bis de cierre escuchamos a Akinmusire solo ante el peligro, tocando la melodía y la base, jugando con las escalas y usando técnicas diferentes en la misma pieza, sobrio y brillante.

Akinmusire sopla como un consumado instrumentista, pero con la sencillez de un principiante. Ahí reside su grandeza. Ahí, y en organizar un grupo de lujo y unos conciertos altamente revulsivos.