'Libros que importan' recupera el amigo invisible más literario en la plaza del Pilar

Tras el parón del año pasado por culpa de la pandemia, la iniciativa Libros que importan ha recuperado este domingo su formato presencial y ha regresado a la plaza del Pilar de Zaragoza, el lugar donde nació en la Navidad de 2016 con el claro objetivo de promover la lectura. El inicio de esta quinta edición ha vuelto a demostrar que el proyecto impulsado por la asociación zaragozana Atrapavientos está más que vivo. Porque han sido muchos los ciudadanos que han acudido este domingo a su tradicional caseta del mercado navideño para participar en este intercambio literario.

Como la zaragozana Marta Lahuerta, que ha asistido con sus dos hijas de doce y siete años. «Llevamos varios años participando; me parece una iniciativa fantástica porque fomenta el amor por los libros y la lectura, algo que les quiero inculcar», subrayó. El proyecto tuvo tanto éxito nada más nacer en Zaragoza que ya se ha celebrado en otras doce localidades, incluyendo Ciudad de México en el año 2019.

Su funcionamiento es claro y sencillo: cada lector elige un libro, escribe en sus primeras páginas por qué es importante para él, lo envuelve en papel de regalo y lo deja listo para que otro lo reciba. Una especie de amigo invisible literario que hasta la llegada de la pandemia había funcionado de forma presencial. De hecho, esta quinta edición debería haberse celebrado en diciembre de 2020, coincidiendo como siempre con el mercado navideño. Lejos de desanimarse, Atrapavientos decidió organizar la pasada primavera una edición online en la que participaron lectores de 90 localidades españolas y en la que se intercambiaron cerca de 300 libros.

Esta Navidad, la iniciativa regresa a sus orígenes en la plaza del Pilar, donde se celebrará hasta el próximo jueves en horario de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 22.00 horas. La única novedad respecto a ediciones anteriores es que para poder participar hay que inscribirse previamente en la web librosqueimportan.org (antes se rellenaba directamente un formulario en la propia caseta). «No queremos que se formen aglomeraciones ni filas, además de esta forma se tiene más tiempo para escribir la dedicatoria con tranquilidad», ha recordado su coordinador, Jorge Gonzalvo.

De hecho, la dedicatoria y que cada participante elija un libro realmente importante para él es lo que convierte esta iniciativa en algo especial. «Cuando lees las dedicatorias te dan más ganas de seguir con el libro y a veces encuentras algunos muy inspiradores. A mí me ocurrió hace unos años con El alquimista», ha indicado Gloria Morello, que lleva participando en la iniciativa desde hace varias ediciones.

A la inauguración han acudido este domingo representantes institucionales como el consejero de Educación, Cultura y Deporte de la DGA, Felipe Faci –que ha regalado Mansiones verdes, de W. H. Hudson, y ha recibido a cambio La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón– y el gerente de la sociedad municipal Zaragoza Cultural, David Lozano. También se han dejado ver varios autores aragoneses como José Antonio Bernal o Juan Royo. Este último ha regalado su libro más reciente Un mundo en viñetas y ha recibido a cambio Fotopoemario, de Joan Brossa y Chema Madoz. «Es la primera vez que entrego un libro mío, pero este año he querido reivindicar el sector del cómic, que también lo ha pasado mal con la pandemia», ha explicado Royo.

Premio Matildas y Bastianes

En esta edición, el registro de la dedicatoria online permitirá participar directamente en el premio Matildas y Bastianes, dotado con la estatuilla diseñada por la artista malagueña Pepa Muñoz y un cheque regalo para canjear en la librería favorita de la persona ganadora. De esta forma, Libros que importan busca apoyar también a las librerías de la capital aragonesa.

«Todo lo que sea fomentar la lectura siempre es bueno y esta iniciativa es especialmente acertada e inspiradora», ha subrayado Juan Calatayud, que es el jefe del servicio de Neurocirugía del Clínico. «Yo este año he barrido para casa y he regalado Mis sentencias ejemplares, de Emilio Calatayud», ha apuntado con una sonrisa junto a la caseta.

Esta quinta edición, que cuenta con el apoyo del ayuntamiento y la colaboración de la universidad, aspira a acercarse a las cifras de las ediciones que se celebraron en la plaza del Pilar antes de la llegada de la pandemia, cuando se intercambiaban una media de 2.000 libros.