El Museo Diocesano de Barbastro-Monzón abrió sus puertas el 15 de diciembre de 2010 para dar cabida a todas las piezas de arte sacro del Aragón oriental y mejorar las condiciones de las anteriores instalaciones, que se ubicaban en la sacristía de la Catedral de Barbastro. Entonces se diseñó el discurso museístico contando, desde el inicio, con las 111 piezas que se encontraban en el Museo de Lérida.
La posibilidad de completar su exposición se hizo realidad el pasado marzo con el retorno de los 111 bienes eclesiásticos por los que Aragón ha estado reclamando desde más de 25 años y que la justicia ordenó que volvieran a la Diócesis de Barbastro-Monzón. A su llegada, se activaron los protocolos para su valoración y conservación. Las piezas estuvieron varios días inmovilizadas para su adaptación a las condiciones de temperatura y humedad del museo.
A partir de ahí, según explica María Puértolas, restauradora y subdirectora del centro, «se realizó un estudio de cada una de las piezas para su identificación y se revisó su estado que era bueno, por lo que no ha habido que intervenir en ninguna de las seleccionadas para esta primera exposición». Una vez analizadas, se procedió a actualizar el discurso del museo.
Las obras más destacadas
La subdirectora indica que ha habido algunas variaciones con respecto a la idea inicial. «Es un volumen de piezas importante y algunas de esta primera muestra irán cambiando, como es habitual en estos espacios». La exposición permanente del museo se compone actualmente de más de 350 obras de arte, de las cuales 70 se han ido incorporando desde la apertura del museo en 2010 y otras 66 son de nueva incorporación, procedentes de los bienes de las 43 parroquias aragonesas.
Entre estas destacan algunas de las piezas de más valor artístico como la arqueta de Buira, el frontal de Treserra, la Virgen de Zaidín o la tabla de San Blas de Algayón, que han sido catalogadas como Bienes de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón. «Para mí es difícil elegir, todas tienen su importancia porque todas son representativas del patrimonio de la diócesis, nos hablan de cada parroquia, de su realidad cultural e histórica, todas tienen su relevancia», asegura María Puértolas, que sí menciona piezas menos conocidas, pero «sobresalientes por su calidad, historia e iconografía», como los tejidos de la Catedral de Roda de Isábena (de los que se exponen tres), el San Miguel de Zaidín o las tablas barrocas de Valcarca.
Sala a sala
La reapertura del museo con su discurso actualizado incorporando las piezas por las que fue creado, supone una gran satisfacción por el trabajo y esfuerzo realizado durante los últimos 25 años, pero sobre todo porque por fin el público aragonés puede contemplar los bienes de las parroquias.
«Lo que los visitantes se van a encontrar es un renovado discurso museográfico, con obras de los últimos mil años de historia del arte occidental, desde el románico hasta prácticamente la actualidad, donde destaca la zona de pintura y escultura gótica», detalla la responsable del espacio expositivo. Obras de distintos estilos y cargadas de simbolismo entre las que figuran pinturas, esculturas, orfebrería, tejidos, documentos gráficos, etc.
Todas las piezas del museo proceden en su totalidad de templos y parroquias de esta diócesis de Huesca. El taller de restauración es una de las piedras angulares del Museo Diocesano y el lugar en donde se supervisan las obras de arte sacro de los templos de la demarcación para su correcta conservación. Aprovechando su traslado al museo, algunas de las piezas restauradas son expuestas en sus salas antes de devolverse a su lugar original.
El museo se compone de varias salas divididas por estilos. Desde el románico hasta el gótico, –«que aquí en Aragón dura hasta bien entrado el siglo XVI», señala la subdirectora–, renacentista, manierismo, barroco, pintura historicista e, incluso, contemporánea, como es el caso del cuadro donado por la artista Isabel Guerra, protagonista de la que ha sido una de las exposiciones temporales del museo más destacadas de los últimos tiempos.
El recorrido se completa con la visita a la sala de temporales, ubicada en la planta inferior, donde actualmente se exhiben 19 de los 66 bienes retornados que forman parte de la exposición permanente, que se irán rotando para dar cabida a un mayor número de piezas.
Visitas guiadas y talleres didácticos para escolares
Con la reapertura del Museo Diocesano, Aragón gana un nuevo referente cultural. La entrada libre al museo tiene un precio de 4 € (hasta los 11 años la entrada es gratuita), y existe la posibilidad de adquirirla junto a la de la Catedral de Barbastro, de estilo gótico, ambas por un precio reducido de 6 €. También los visitantes tienen a su disposición una pulsera turística por un precio de 8 € que incluye la visita a seis lugares de interés de la localidad de Barbastro, entre ellos, el Museo Diocesano.
En paralelo a la exposición, el espacio expositivo desarrolla otras actividades complementarias, como visitas guiadas para todos los públicos y talleres didácticos dirigidos a escolares de 4 a 18 años. Se ofrecen distintas propuestas adaptadas a cada una de las etapas educativas que incluyen el recorrido guiado por la exposición, seguido de una actividad lúdica.
Además, la Asociación de Amigos del Museo cuenta con más de 400 socios y organiza distintas actividades para dinamizar la vida del centro, como conciertos, maridajes de arte con gastronomía o vino, etc. Los socios de este club de mecenas disfrutan además de descuentos en la entrada al museo.
ACCESO: HORARIO Y VENTA DE ENTRADAS
Visitas por libre al Museo Diocesano:
- De martes a sábado : de 10.00 a 13.00 horas y de 16.00 a 19.00 horas.
- Domingos y días festivos sólo mañanas : de 11.00 a 14.00 horas.
- Abierto los días 24 y 31 de diciembre : de 10.00 a 13.00 horas.
- Día de cierre: todos los lunes, incluso festivos.
Visitas guiadas para grupos:
Previa reserva con un mínimo de 24 horas de antelación en el +34 974 315 581 o por correo electrónico a info@museodiocesano.es.
Venta de entradas: www.museodiocesano.es
