Hace poco más de una semana, Pablo Milanés cumplió 79 años. Su carrera, que comenzó a mediados de los años 60, le ha convertido en una referencia de la canción en español y en uno de los cantautores más inspiradores del siglo XX. Pese a la edad y pese al paso del tiempo, poco ha cambiado en un Milanés que sigue pensando en clave musical y continuará por muchos años -eso asegura- pegado a su inseparable guitarra, removiendo conciencias y corazones con sus letras.

Regresa Zaragoza tras casi tres años sin actuar en la capital aragonesa, ¿cómo afronta este nuevo concierto?

Con muchas ganas. He cantado en Zaragoza en varias ocasiones desde los años 70, así que es una ciudad que siento bastante cercana.

Sí estuvo en Huesca el pasado año, ¿qué relación mantiene con Aragón?

Siempre que pienso en Aragón recuerdo a Labordeta y mis encuentros con él y otros amigos. Fue un amigo entrañable con una dulzura y sabiduría extraordinarias. Desde luego, Aragón es más que eso, pero uno tiende a recordar a aquellos momentos deliciosos.

Esta nueva gira, Días de luz, se define como un paréntesis íntimo, que apuesta por la pausa y el recogimiento. ¿Por qué ha elegido este tipo de formatos?

Hace un tiempo que sentí la necesidad de despojar mi música de ese ropaje instrumental más característico de los años 80 y 90. Quise incluso tocar sólo a guitarra, pero una afección en la mano me lo impidió, fue así como decidí incorporar un chelo y un piano que le dan un ambiente íntimo y esencial a mis canciones y que la gente disfruta como nunca.

Su último trabajo, Antología personal, le ha hecho tener que volver a repasar toda su obra y quedarse con las canciones que mejor le definen. Filtrar en una obra tan extensa como la suya, ¿es complicado?

Sí, un poco difícil porque hay límites de tiempo para los formatos físicos en los que ha salido a la Antología (un doble CD y un LP). Además, uno tiene que tratar de hacer un balance de aquellas músicas que traten de representar lo que es mi obra en cuanto a géneros musicales que he abordado, temáticas, etc., por eso que fue un trabajo de varias tardes de análisis y de paso volví a escuchar temas que a veces se van quedando atrás.

Lo mismo le sucederá en los conciertos: ¿cómo vive tener que preparar un repertorio cerrado? ¿Se arrepiente de dejarse alguna canción fuera?

No, no hay arrepentimientos. En los conciertos tengo un poco más de flexibilidad a pesar de que también hay un tiempo limitado, aunque tenga previsto un repertorio a veces lo cambio en función de cómo me sienta yo o cómo sienta al público. Así que cada concierto finalmente es único.

Sus canciones han despertado conciencias políticas, han sido parte vital en declaraciones de amor y han acompañado a parejas durante toda su vida. ¿Siente uno responsabilidad ante ese poder que tiene su música?

Siempre es muy bonito escuchar que mucha gente se ha casado, enamorado, recuperado de una enfermedad, etc. acompañado por mi música. Es algo especial, la verdad.

Cumplió el 24 de febrero 79 años, con toda una vida ligada a la música. ¿Cuánto ha cambiado el mundillo artístico desde sus comienzos a mediados de los años 60? ¿Queda algo de esos orígenes en el mercado musical actual?

El mundo de la música ha cambiado radicalmente, creo que poco queda de la forma de hacer música de entonces a ahora. En estos tiempos creo que la mayor parte de los creadores lo hacen con el foco puesto en cuántos seguidores van a tener o no y la responsabilidad la tiene el mundo del show business, que sólo valora cuánto rinde económicamente o no un artista, independientemente de su calidad.

Y en lo personal, ¿qué queda de aquel Pablo Milanés que aprendía en La Habana entre las clases regladas y la música en la calle?

En muchos aspectos soy el mismo muchacho con las mismas ganas de componer, de expresar con la música como siento o pienso.

El remanso de paz que intenta llevar a su público en Días de luz choca frontalmente con la sociedad en la que vivimos. ¿Sigue siendo la música una forma de alertar a la sociedad e invitarle a pensar nuevas formas de vida?

Yo pienso que sí, cualquier expresión artística – y en este caso la música – es una fuente para tratar de llamar la atención, de despertar conciencias y sentimientos.

¿Puede adelantar algo de sus próximos trabajos?

Siempre tengo proyectos en mente. No puedo levantarme sin tener algo que hacer o preparar. Después de dar un impulso a la divulgación de mi obra en formato digital el año pasado estoy preparando un disco propio que espero grabar pronto y está otro álbum de temas míos en salsa ya en la posproducción. Y en medio de todo eso sigo componiendo y dando conciertos en vivo. Así que no paro.

¿Hasta cuándo tendremos Pablo Milanés?

Pues no me planteo parar en el aspecto musical porque es mi vida, es realmente el motor de todo lo que hago y soy.