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El dibujante Chefo ha fallecido a los 56 años.

ÓBITO

El cómic aragonés despide con emoción a Chefo

El dibujante zaragozano falleció el pasado sábado a los 56 años de edad

El cómic aragonés está de luto por la pérdida de uno de sus mayores y mejores exponentes. El pasado sábado, José Luis Acín, Chefo –así era conocido personal y profesionalmente– fallecía en Zaragoza a los 56 años a causa de una enfermedad. El dibujante aragonés, uno de los impulsores de la Asociación Malavida, dedicó toda su vida a lo que mejor se le daba: dibujar. Así, creó publicaciones como 'El pichabrava', '¡Siempre a tope!' o 'Todo el mundo odia a Xcar', entre muchas otras.

Precisamente, Xcar Malavida ha sido una de las personas más cercanas al ilustrador durante toda su vida. En declaraciones a este diario, Xcar no dudó en definirlo como "una persona súper vital y optimista. Solo tenía soluciones ante cualquier problema". "La palabra que mejor lo definía es hedonista", prosigue Xcar, "fue feliz hasta el último momento, siempre tenía una sonrisa". Un carácter que ha hecho que, en las últimas horas, sus allegados reciban incontables mensajes, "de gente que ni conocemos".

'El principito', de Chefo.

El periodista Daniel García–Nieto, otra de las personas más cercanas a Chefo, lo calificaba como "la persona más amable, divertida y dispuesta que he conocido". "Ante todo", continúa, "era un amigo extraordinario, una persona excepcional".

Como dibujante, sus aptitudes no se quedaban atrás. "Era un gran amante de la lectura y de la cultura, deja un hueco en el cómic insustituible", asegura García–Nieto. "Era un dibujante muy limpio y muy ágil, y lo llevaba a la crítica política desde un punto de vista muy gamberro e iconoclasta", subraya Xcar.

Viñeta en homenaje a Chefo, por XCAR Malavida.

Tal era su importancia que la asociación ha dejado de publicar la revista. "Era el alma de la revista, uno de sus puntales. Seguiremos dibujando, pero sin Chefo, no le veo el sentido a continuar con ella. Era una cosa que hacíamos más como grupo de amigos", asevera Xcar. "De hecho, el logotipo de la editorial es él vestido de pollo, que era una broma que siempre hacíamos, con una cerveza en la mano. Le habré dibujado así por medio mundo", rememora emocionado.

Una filosofía de vida que, bajo el mismo mantra, siempre trasladaba a sus dibujos: "Siempre a tope".

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