“Me hace ilusión volver a lo que es un concierto de garito, que yo creo que es nuestro medio natural”, afirma Josele Santiago, el cantante y líder de la banda madrileña Los Enemigos, de cara a su concierto de este viernes en la sala La Casa del Loco de Zaragoza, donde celebrarán los primeros 25 años de vida del local. En una entrevista para 'Efe', el cantante (Madrid, 1965) mira al pasado y al futuro y repasa la actualidad e hitos recientes del grupo, como los cuatro conciertos que completaron en la capital de España en octubre, en los que repasaron cinco LP de su discografía: 'La Vida Mata', 'La Cuenta Atrás', 'Nada', 'Bestieza' y 'Tras El Último No Va Nadie'.

Venís a Zaragoza a celebrar los 25 años de La Casa del Loco, ¿qué recuerdos os trae esta sala y la ciudad?

La ciudad, muchísimos, sería imposible contarlos todos. Es una ciudad que siempre nos ha tratado muy bien, muy amable y muy rockera. Y de La Casa del Loco, qué te voy a contar. Ya no sé la de veces que he actuado allí. Allí ha habido de todo y, con eso, ya te lo digo todo (ríe). Es una sala muy querida para nosotros. Llevamos una temporada de festivales, salas un poco más grandes… y a mí, particularmente, me hace ilusión volver a lo que es un concierto de garito, que yo creo que es nuestro medio natural.

¿Qué tenéis pensado para el concierto?

Yo estoy dándole vueltas al repertorio para meter alguna sorpresa; que no sea el mismo que hemos estado haciendo todo el verano. Pero, claro, si te digo cuáles son, pues la hemos jodido (ríe de nuevo). Pero, seguramente, haya cuatro o cinco sorpresas en el repertorio, aparte de los temas habituales que se esperan de un bolo nuestro. Meteremos alguna canción ignota, tenemos bastante donde elegir. El problema es dónde encajarlas porque, claro, habrá que sacrificar otras.

Hablando de conciertos, hace poco más de un mes completasteis ‘Universarios’, cuatro actuaciones para cinco discos, ¿cómo fue esa experiencia?

Fue muy buena, fue muy reconfortante y fue muy intensa, de mucho trabajo, sobre todo, de ensayo. Fueron extenuantes porque yo no vivo en Madrid, vivo en Cataluña, y solemos hacer ensayos con horarios de oficina. En conjunto, fue muy satisfactoria, fueron cuatro llenazos y cuatro repertorios completamente distintos y una experiencia muy enriquecedora. Además, ahora podremos hacer lo que he comentado antes: ‘vamos a incluir esta, la otra…’ porque están frescas.

Cuando se tiene un legado tan grande como el de Los Enemigos, ¿es bonito volver a él y encontrarse con temas que hacía tiempo que no se tocaban?

Es bonito y es sorprendente además, porque generalmente el repertorio se basa en el último disco y los clasicotes de siempre. Y hay cosas ahí que tenías olvidadas y que dices ‘coño, tan malos no éramos’. Hay un montón de temas que es una lástima que estén perdidos y, de alguna manera, ya están rescatados, merecía la pena rescatarlas. A lo mejor, llega un momento que, antes de salir a tocar, a media hora, se confecciona un repertorio cagando leches. Y que merece la pena, además, con canciones que no hayan sido ‘singles’ o habituales; hay temazos. Igual que hay alguna que otra canción más bien regular, la mayoría van con nota.

¿Y han aguantado bien el paso del tiempo?

Sí. Lo cierto es que sí. El discurso, como tampoco hemos estado nunca adscritos a ningún movimiento ni hemos tenido ningún tipo de manías estéticas, pues son temas que intentan, por lo menos, llegar dentro. Y, en lo musical, a lo mejor nos hemos pasado de barrocos en no sé cuál canción; pues se arregla un poquito. Sobre todo, hemos procurado simplificar, es decir, respetar los silencios, que son parte esencial de la música, y algunas veces, en el pasado, no los habíamos respetado tanto, teníamos una especie de ‘horror vacui’ que hemos procurado subsanar.

Por cierto, ahora, ¿cómo miran al presente y al futuro Los Enemigos? ¿Hay proyectos nuevos a la vista?

Por supuesto. Yo ya estoy enfrascado en temas nuevos y Fino -Oyonarte, bajista del grupo-, seguro que también, aunque ha estado muy ocupado con su disco nuevo. Pero, vamos, yo ya tengo material para llenar, digamos, cuarto y mitad del disco; y medio, también. La idea es grabarlo en verano o incluso antes. Vamos, que habrá material nuevo dentro de poco.

El año que viene, ¿podría estar ya listo?

Muy probablemente, sí.

Regresando a esa experiencia que fue ‘Universarios’, ¿tenéis pensada repetirla en el futuro o va a quedar como algo único?

No lo sé. La logística es complicada en otra ciudad que no sea la nuestra. Se podría hacer un resumen o dos, o algo así. Ya veremos, tenemos pendiente una comida para hablar de esto precisamente, que todavía no está muy claro. Pero hay bastante demanda, mucha gente nos ha dicho ‘joer, traéroslo para acá esto’.

Has comentado antes que actualmente resides en Cataluña. Siendo un madrileño de pura cepa, ¿no echas en falta la capital?

No, porque tampoco dejo de ir, siempre hay algo que hacer allí con respecto a la banda o a la familia, en concreto, mi madre, que está allí. Tengo el AVE además, que da gusto. Que conste que no estoy contratado ni nada, ni me dan comisión (bromea). Voy a Madrid todos los meses, vaya, resumiendo. Y, a Barcelona, casi ni bajo porque vivo en el extrarradio, muy cerquita del campo, y estoy muy a gusto. Y la verdad es que Madrid es una ciudad que es la mía, le tengo mucho cariño y me gusta, pero me agobio. Con el tiempo uno va priorizando la tranquilidad y otro tipo de cosas.

¿Y cómo ves últimamente Madrid?

Francamente, desastrosa. En cuanto a gestión, todo esto de la sanidad… en mi barrio -Puerta del Ángel- no hay ya urgencias ni, incluso, centro médico. La oferta cultural sigue siendo amplia, pero a un nivel bastante ‘urderground’. Y la gente, muy bien, tengo allí a mis amigos y la gente de Madrid sigue siendo muy abierta y receptiva. Pero esta señora que tenemos en la Comunidad y el señor que tenemos como alcalde me da casi vergüenza. Y sin el casi, me da vergüenza. No entiendo cómo la gente sigue votando a este par de caraduras.

Y de la actual escena del rock del país, ¿qué te parece lo que se está haciendo? ¿qué te está llamando la atención?

Veo muchas bandas nuevas y eso está muy bien. Ahora, lo tienen muy crudo y suelen durar poco. Y eso está muy mal. Así está la cosa, es muy difícil salir adelante. Se pueden contar con los dedos de una mano las bandas que han salido adelante en los últimos diez años y eso es realmente preocupante. Hay muchas ganas, hay mucha calidad, unos músicos jóvenes que son para quitarse el sombrero, pero está muy complicado, por no decir imposible. Hay muy muy buenas bandas y muy muy mala infraestructura. Y muchísimas ganas, además. Ves a chavales que, en vez de salir el fin de semana, se van a ensayar.

¿Qué diferencias ves entre estos nuevos grupos y los que surgieron en tu generación?

Debilidades, creo que teníamos más nosotros, musicalmente hablando. Estos empiezan ya sabiendo tocar la mayoría, nosotros no teníamos ni puta idea, teníamos un morro que te cagas. Y, quizás, un poquito más de sangre; con algunas excepciones, hay un exceso de profesionalidad y de seriedad desde el principio. Falta sentido del humor, yo creo. Estoy hablando en general, porque luego hay muchas bandas como Vinagres y gente así que son divertidísimos.