Cuando Anuncia Arcos vio que su hijo se había caído en la quinta etapa del Tour no pudo reprimir las lágrimas. Ella sabía cuánto esfuerzo y sacrificio le había costado llegar hasta allí, y temía que no pudiera continuar en carrera, como así ocurrió. Enseguida recibieron en casa la llamada de un mecánico del ONCE-Eroski que intentó tranquilizarles diciéndoles que a Angel Vicioso no le había ocurrido nada. Pero su padre se temía lo peor, sobre todo cuando le vio entrar en meta con el brazo estirado, sin poder apoyarlo en el manillar.

Durante toda la tarde sonó el teléfono en casa de la familia Vicioso, en Alhama de Aragón. Los amigos y demás familiares de Angel querían saber cómo estaba. Su padre intentaba reprimir las lágrimas y apenas tenía voz para contestar a las llamadas. El propio Angel lo había pasado muy mal tras su caída y abandonó el Tour con el ánimo bastante tocado, pero sus padres también tuvieron su parte de sufrimiento. Su progenitor tuvo la misma preocupación que el ciclista: el temor a ver truncada la confianza que el equipo había puesto en él. Pero cuando Angel les relató cómo todos los compañeros, director, mecánicos y médicos le intentaban animar, se quedó más tranquilo.

Mal momento

"Ha sido una verdadera lástima porque esta caída le ha roto un poco la trayectoria, que hasta ahora era muy buena", se lamentaba el padre, comparando el incidente de Vicioso en el Tour con el que sufrió Cañizares antes del pasado Mundial con un frasco de colonia. Al menos, confían en que pueda recuperarse a tiempo para que Manolo Sáiz se lo lleve a la Vuelta a España y allí tenga sus oportunidades de victoria.

Angel Vicioso emprendió ayer el regreso a casa tras su abandono forzado de la presente edición del Tour. El zaragozano tenía la maleta hecha desde el jueves por la noche, cuando los médicos le aconsejaron dejar la carrera tras romperse el radio de su muñeca izquierda cuando quedaban dos kilómetros para la meta de Nevers. Llegó a Madrid poco antes de las 18.00 horas y, desde allí, regresó en coche a su casa.

Hasta el aeropuerto de Barajas se desplazaron sus padres para recibirle. Anuncia volvió a llorar al ver llegar a su hijo. Pero anoche ya estaban más tranquilos. En casa, descansando, con la certeza de que Angel está bien y de que va recobrando el ánimo poco a poco. "Tenía tanta ilusión en el Tour...", decía su madre. El aragonés se mostraba tranquilo, aunque todavía afectado por su prematuro abandono. "Ayer estaba muy mal, pero todos los compañeros y Manolo Sáiz me animaron mucho y me tranquilizaron bastante, por lo que ahora me encuentro algo mejor", aseguraba el ciclista.

Aunque no es la primera vez que Vicioso sufre un percance parecido. "En Villaba participó dos años, el primero pinchó y el segundo se cayó. La verdad es que tiene mala suerte con las caídas", explicaba su padre. Ahora sólo queda esperar la pronta recuperación de Angel. "Con las nuevas pruebas podremos saber cuánto tiempo necesitaré de recuperación. Espero que no sea mucho pero, al menos, me libraré de pasar por el quirófano porque la fractura es limpia. ". Vicioso se someterá hoy a nuevas pruebas radiográficas en la clínica Mompellier.