La evolución de corzo ha experimentado en Aragón un fenómeno similar al del ciervo. En una década ha poblado las comarcas del Moncayo, Tarazona, Borja, o Calatayud, presumiblemente procedente de la provincia de Soria. Su dispersión ha permitido que se localice también en las Cinco Villas, el Campo de Cariñena y el prepirineo. Pese a que su caza todavía no está permitida en muchos cotos, de continuar con esta progresión en pocos años su aprovechamiento cinegético se podrá realizar de una forma mucho más general. En cuanto a la cabra hispánica, tras la extinción del bucardo en el pirineo, está parece estar viviendo un mejor momento, y prueba de ello es su expansión por los Montes Universales y el Maestrazgo. Incluso se han localizado rebaños en zonas dispares como Herrera de los Navarros y los alrededores de María de Huerva. Pero se trata todavía de casos eventuales que deben ser respetados por los cazadores para que la naturaleza siga su curso y las colonias se asienten. Sólo así será posible su caza en un futuro.