El Huesca sigue con su particular via crucis de esta temporada, y en su partido de ayer volvió a firmar tablas con el correspondiente rival, que en esta ocasión era el Alicante. Los levantinos visitaban El Alcoraz con los credenciales de ser los actuales líderes de su grupo, pero tras su paso por el terreno de juego oscense, su teórica superioridad no se puso de manifiesto en ningún momento. El Huesca, como en las últimas jornadas, volvió a mostrarse muy seguro atrás, pero también cayó en los mismos errores que en anteriores partidos, y demostró su carencia ofensiva en la delantera, mal endémico que arrastra toda la presente temporada. De esta forma, apenas creó ocasiones claras para vencer.

CON MIEDO En la primera parte el Alicante salió disparado ante un Huesca demasiado atemorizado, aunque poco a poco los visitantes fueron perdiendo dominio y el conjunto oscense llegó en alguna tímida ocasión a la meta defendida por Chema. El Alicante tan solo gozó de una buena ocasión en la portería de Bernardo, en el minuto 34, por medio de Albácar, que detuvo bien el meta del conjunto azulgrana.

La segunda parte fue un calco de la primera, con un equipo alicantino que salió con carácter bastante ofensivo para, poco a poco, ceder terreno a la vez que el Huesca se mostraba más ambicioso de cara a la meta contraria. Los cambios introducidos en el conjunto altoaragonés, una vez más, no dieron resultado y tan solo en alguna jugada a balón parado llevó el Huesca peligro a la portería contraria.

El equipo oscense tuvo sólo dos ocasiones en este periodo: la primera en el minuto 47 por medio de Vidal, y la segunda en el minuto 90 en una remate a la media vuelta de Bona que salió junto al poste izquierdo de la portería foránea. Previamente a esta ocasión, el Alicante tuvo la única oportunidad de este segundo periodo, que llegó en un remate de cabeza de Pelegrín, y que se fue ligeramente por encima del larguero.