Dos dedos al viento, el símbolo de la victoria, el signo de Segunda. Sobre el socarrado césped la euforia recorría el cuerpo de los que no había huído a la sombra, los hombres del Huesca. Era el momento de saborear "un momento histórico", recalcó Armando Borraz, el presidente del Huesca. "Se lo debemos todo a la afición, el mayor agradecimiento es para ellos y para toda la ciudad de Huesca", insistía el mandatario. Borraz no duda que "las instituciones estarán a la altura de los méritos del Huesca".

Por allí había más de uno que rivalizaban por ese título. "Todos los aragoneses sentimos una gran satisfacción por ese ascenso", enunciaba Óscar Fle, presidente de la Federación Aragonesa de Fútbol. "El Huesca ha hecho historia", dijo.

Le llegó el turno a Onésimo y él le pasó la bola a sus jugadores. "Nos lo merecíamos por los jugadores y por toda la gente que ha estado al lado del equipo", dijo el técnico, que añadió que se sentía "orgulloso" por este logro. "Los futbolistas son los que se merecen todos los halagos. Sabemos que Huesca los recibirá como se merecen y esperamos ese momento para disfrutarlo con ellos. Le doy un diez a la actitud de los jugadores. El Huesca sabe lo que hace y nadie puede decir que no merecimos el ascenso", dijo Onésimo.

El entrenador del Huesca hizo una mención especial al Écija y analizó el partido: "Nos ha faltado un poco de pausa. En la segunda parte tuvimos errores y no supimos atajarlos. Su gol fue una jugada absurda, cuando más teníamos controlado el partido. Han sido seis o siete minutos de desconcierto, pero con la entrada de Castán hemos logrado parar esa avalancha".