El Barça se ha quedado a las puertas de la final de la Champions pese a tenerlo todo a su favor. Primero Busquets igualó la eliminatoria, de inmediato fue expulsado Therry, e Iniesta puso el 2-0 camino del descanso. Sin embargo, una contra del Chelsea la culminó Ramires con una elegante vaselina y sembró de dudas al equipo de Guardiola.

De regreso del vestuario, los ingleses se arroparon tras dos líneas defensivas por delante y por detrás de la media luna y defendieron, liderados curiosamente por su delantero Drogba, con una eficacia y orden asombrosos. El momento clave se produjo precisamente en un penalti cometido por Drogba sobre Cesc. Pero Messi, negado toda la noche, lo envió al larguero.

La angustia,a la agonía y las urgencias enveneraron al Barça, que lo intentó todo por el centro, sin disparo y combinaciones obsesivas, con Messi deprimido. Una galopada en soliatrio de Torres, sustituto de Drogba, enmudeció el Camp Nou y sentenció la semifinal.