"Gracias chicos, habéis hecho un gran trabajo, el coche ha ido fenomenal, estoy feliz de ganar", dijo Kimi Raikkonen al cruzar la línea de meta en el Gran Premio de Australia. "La frase más larga que se le ha oído por radio en F-1", bromeó seriamente Pedro de la Rosa, ahora probador en Ferrari y amigo del piloto finlandés. Cuenta el catalán, compañero de Kimi durante cuatro años en la escudería McLaren, que le gusta tan poco hablar que, en alguna ocasión, simplemente encendía y apagaba su radio para hacer llegar a su box que les había oído, ni siquiera un "OK".

Así es Iceman, un tipo carismático, singular, rapidísimo en la pista y todo un fuera de serie cuando se trata de celebrar algo. Hace siete años, cuando también venció en la primera carrera de aquel Mundial del 2007 en Melbourne, estuvo de fiesta desde que acabó la carrera hasta que se subió, con algunas dificultades, al avión hacia Malasia, ya el lunes.

Aquel año debutaba con Ferrari, aquella temporada logró el único título que atesora su cosecha personal en la F-1. Pero aquel mismo equipo le bajó del coche a finales del 2009 y Kimi se pasó a los ralis. "Por desgracia, todo sigue igual que lo dejé", manifestó a su regreso al Gran Circo el chico que dejó de jugar al hockey sobre hielo cuando era niño porque había que madrugar demasiado. El año pasado, luchó casi hasta el final por el título, justo hasta el GP de Abu Dabi, precisamente, su única victoria el año pasado. Precisamente, con el mismo podio que ayer en Australia, aquella carrera en la que Raikkonen contestó "bla, bla, bla" por radio cuando su ingeniero le advirtió de que Alonso le estaba recortando terreno.

Más dinero para invertir

En su segunda temporada en Lotus puede ganar el título. "El año pasado el equipo ya hizo las cosas bien, pero este año, además, hay más dinero para competir contra los más poderosos", dice en relación a la llegada de un patrocinador como Burn (Coca Cola). Fue el único piloto que acabó todas las carreras del 2012, iniciando, además, una racha de grandes premios puntuando que alcanzó los 18 en Albert Park. Es uno de los más rápidos, de los más consistentes, el único que, en el 2012, no cometió un solo error de pilotaje. Es uno de los mejores y sí, se merece una copa al estilo de su ídolo, James Hunt, el díscolo campeón de 1976, el nombre que Iceman elige a veces para hacer una reserva de incógnito.

"Es verdad, me gusta ganar, me siento feliz, pero no puedes contar con la victoria sin saber lo que iba a pasar con los neumáticos, porque no había hecho una sola tanda larga en pretemporada", dijo en el podio. Así es. Fue el piloto con menos kilómetros acumulados durante el invierno. Cuando no sufría una avería el monoplaza o se torcía el tiempo, Kimi sufría una "indisposición", como la de la noche del viernes al sábado en Barcelona que llenó de chistes el paddock de Montmeló. Puede que a Kimi le guste salir de vez en cuando, pero "no hay nada de cierto en eso de que no le guste trabajar con los ingenieros; eso es pura basura", advierte Alan Permane, jefe de operaciones de Lotus.

Tanto es así, que Lotus fue la escudería que ayer efectuó el mejor set-up de toda la parrilla, capaz de ir a solo dos paradas, de mimar los neumáticos como nadie. "En realidad, fue bastante simple, una de mis victorias más fáciles", apuntilló el finlandés. Kimi festeja su victoria y la F-1 celebra que Iceman ha vuelto. Todos coinciden: más hielo por favor.