Síguenos en redes sociales:

Sergio Pérez : El problema de jugar este antifútbol de Jiménez

La pifia del Real Zaragoza ayer en los últimos minutos contra el Athletic fue terrible y si Manolo Jiménez y sus jugadores no le ponen remedio en las dos jornadas restantes y cuentan con la colaboración de otros, porque esto ya depende de terceros, puede ser histórica y espeluznante. ¿Pero por qué ocurrió? Desde hace mucho tiempo, el Real Zaragoza es un equipo vacío, sin contenido, que sobrevive únicamente a base de trabajo, de no parar de correr, con criterio o sin él, de esfuerzo, de sacrificio, de sudor, de primar el kilometraje sobre todas las cosas. Es un equipo que se sustenta casi sobre la nada, con unos finísimos alfileres que a la más pequeña contrariedad se rompen con la misma sencillez con la que caen los castillos de naipes. En esa situación, cuando al final tu destino se reduce solo a jugar al fútbol, a nada ajeno, a nada más que a eso, el problema termina siendo el propio fútbol. Que no hay. Esto que hace el Real Zaragoza es el antifútbol.

Todo se simplifica hasta la vulgaridad: correr y no dejar de correr. Y seguir corriendo. De jugar nos olvidamos. De ese modo, un día se puede ganar al Mallorca con una arrancada de calidad individual, otro día se puede vencer por la inercia de aquel triunfo y, luego, hasta se puede sumar un punto (¿valiosísimo o muy, muy cobarde?) ante un rival arrodillado y con nueve. A la cuarta, con otra sinfonía desafinada en los cambios, la suerte se olvida de ti.

Jiménez podrá poner en marcha el ventilador y mandar la porquería hacia Rochina, que por un gol suyo este barco está aún a flote, y Bienvenu, un paquete que él puso en el campo. Pero el problema es mayor. Es seguir jugando al antifútbol.

Pulsa para ver más contenido para ti