Es probable que Jonathan Tabu todavía no haya escuchado el refrán que dice que no hay peor cuña que la de la propia madera, pero algo parecido pensaría el banquillo del Mons durante el partido de ayer, si es que en Bélgica existe alguna expresión similar. Arrancó con fuerza el conjunto valón, aprovechó el desacierto inicial del CAI, hasta que apareció un ex, Jonathan Tabu, para echar por tierra todo el trabajo de sus antiguos compañeros.

Vencía el Mons por 8-13 cuando Tabú reemplazó a Llompart. Hasta ahora, al base belga le había costado anotar, casi siempre lo conseguía al final del partido, pero no se había destapado como un tirador. Ayer lo primero que hizo fue anotar dos triples que dieron la vuelta al marcador y el dominio del mismo al CAI. Del 8-13 al 16-13 en un visto y no visto. A partir de ahí se sucedieron las canastas locales ante la incapacidad del Mons para reaccionar.

Después anotó cuatro puntos más, aunque no fue lo único ni lo mejor que hizo. También repartió dos asistencias, recibió seis faltas y fue el tercer reboteador del equipo. Sí, el más bajito del CAI en pista (1,90 metros) capturó hasta seis balones, cinco en defensa, que escupió el aro. También fue protagonista en el tercer cuarto al ser el único jugador al que se le señaló una falta antideportiva por abrazar a un rival tras una pérdida de balón. Pero Tabu no se altera facilmente, no parece de los que se ponen nerviosos, y continuó haciendo su trabajo, anotando y reboteando.

Elogios del técnico

Fue su segundo partido oficial con el CAI y el mejor que se le ha visto desde su llegada --sumó 20 de valoración, igual que Shermadini--. Y tuvo que ser ante el equipo que le vio crecer, frente a su buen amigo Muya, ante el equipo de la ciudad en la que vive desde pequeño (es original del Congo). Su actuación le valió una de las grandes ovaciones de la noche. El público también aplaudió intensamente a Jones --ha vuelto más delgado, más atlético, juega por encima del aro-- y a los georgianos, pero el Príncipe Felipe siempre sabe apreciar el esfuerzo y acierto de sus jugadores.

"Ha estado muy bien en defensa ante jugadores que son realmente rápidos, porque los exteriores del Mons son absolutamente imparables en velocidad, ha estado bien en situaciones de bloqueo, en penetraciones, ha buscado buenos tiros y también ha dirigido bien al equipo", valoró su técnico. Sin duda, el de ayer fue un partido especial para Tabu, antes, durante y después del mismo. Y todavía le queda un emotivo viaje a casa.