Aquel sonoro "si no están convencidos, que me echen" retumba todavía como un órdago de Herrera a Pitarch lanzado en Huelva. Sin embargo, el técnico, siete días después, quiso matizarlo. "Lo dije en caliente, tras un gol en el último minuto y la desgracia de no ganar... Lo dije de esa manera, pero no debía tomarse como un mensaje o una amenaza. Para nada. Es por estar cansado de responder a la pregunta". Esa pregunta es si siente la amenaza del despido. Ahora, si pierde ante el Mallorca. Y Herrera regateó la cuestión: "No creo que vayamos a perder. Mi obligación es pensar solo en que vamos a ganar los 14 partidos que quedan. Lo que tenga que pasar, llegará, pero espero ganar y que no ocurra eso".