El Real Zaragoza tiene bien amarrado a Diego Rico, con contrato hasta el 30 de junio de 2018 y con una cláusula de 10 millones de euros en Segunda División. Al lateral burgalés se le hizo ficha profesional a comienzos de enero, ya que hasta entonces jugaba con la del filial desde su irrupción en el primer equipo a principios de la temporada 13-14. En caso de que el Zaragoza suba a Primera División, su cláusula de rescisión pasa a ser casi el doble. Se acercaría, pues, a los 20 millones de euros.

Así, el futbolista, de 23 años, es uno de los grandes activos del club, que el verano pasado y tras no lograr el ascenso ya tuvo que traspasar a Vallejo al Real Madrid, en una operación conjunta con el meta Darío Ramos y por 6 millones, para cuadrar las cuentas y poder elevar el límite salarial de la plantilla para este curso. Ya sea en Primera o en Segunda el Zaragoza tiene asegurada una buena cantidad en caso de que decida traspasar a Rico, teniendo en cuenta la precariedad económica de un club cuya deuda en el próximo 30 de junio rondará los 83 millones.

El paso de Rico a tener ficha profesional, una decisión que se tomó por los problemas que vivió el Zaragoza con las lesiones al principio de temporada y por la obligación por parte de la Liga de que haya al menos siete profesionales sobre el césped, conllevó una mejora de contrato para el futbolista, cuyos emolumentos actuales están entre los 100.000 y los 150.000 euros, por lo que está en un término medio dentro de la plantilla zaragocista. Y en esa cifra están incluidos los premios e incentivos. En ese cambio de estatus no se le prolongó la duración contractual, que se mantuvo hasta el 2018. Rico había llevado el dorsal 26 desde su llegada al primer equipo, pero al pasar a tener ficha de la primera plantilla luce el 22.

EN PROGRESIÓN

La progresión del jugador en estos tres últimos años y el hecho de que en su puesto de lateral izquierdo no abunden los futbolistas de nivel le convierten a Rico en un futbolista con cada vez mejor cartel en el fútbol español y europeo. Y hay otros factores que mejoran su cotización: su buena capacidad física, ya que apenas ha sufrido lesiones en estos tres años, su polivalencia, porque ha cumplido muy bien jugando de central zurdo, y su proyección en ataque cuando actúa de lateral, además de un buen disparo.

Rico llegó al Zaragoza con la carta de libertad en el 2011 tras diez temporadas en el Burgos Promesas, desde benjamines a juveniles. Ander Garitano, que estaba en la secretaría técnica zaragocista, lo reclutó tras quedar subcampeón de España con Castilla-León sub-18. Llegó para jugar con el División de Honor juvenil, pero Esnáider lo llamó para el filial que estaba en Segunda B. Sin embargo, su primera temporada, la 11-12, estuvo lastrada por una fractura de peroné que le dejó tres meses fuera. Acabó el curso en el B y ahí siguió en la 12-13, tanto con Álex Monserrate como con Chucho Solana, aunque sin jugar demasiado, 11 partidos incluida la promoción de permanencia, que acabó con el descenso a Tercera.

EL QUE MÁS HA JUGADO

En la 13-14 empezó en la categoría de bronce, convenció pronto a Paco Herrera y su progresión en el primer equipo ha sido constante desde entonces, siendo fijo también para Popovic y ahora para Carreras. De hecho, esta temporada es el que más minutos acumula (2.520) y con 28 partidos jugados, todos de titular. Solo se perdió uno por lesión y otro por sanción.