No es un asunto cerrado todavía, pero tanto la Federación Inglesa de Fútbol (FA) como los grandes clubs ingleses, que han defendido la permanencia en la Unión Europea, hace tiempo que aseguran que no habrá retroactividad en la aplicación de la nuevas normas, por lo que los jugadores que militan actualmente en las competiciones británicas, entre ellos los 31 españoles que juegan en la Premier League, no se verán afectados.

En este nuevo escenario, y si la nueva normativa no tiene carácter retroactivo, los jugadores europeos que ya militan en las competiciones del Reino Unido pasarán a ser considerados extracomunitarios pero les será concedido de manera automática el correspondiente permiso de trabajo exigido para poder desarrollar su actividad profesional en sus respectivos clubs. La Premier no tiene fijado un número límite de futbolistas extracomunitarios o extranjeros como es el caso de la Liga española, cuyos clubs solo pueden inscribir tres extracomunitarios por plantilla.

La gran preocupación del fútbol ínglés es ahora si la nueva situación condicionará el desarrollo económico y el interés de nuevos inversores por su fútbol, el más atractivo del planeta, como lo demuestra la venta de los derechos de televisión por el que la Premier ingresará 8.300 millones de euros en los próximos tres años. Según el director ejecutivo de la Premier, Richard Scudamore, la salida de la Unión Europea enviará un mensaje negativo a los inversores, lo que supondrá un menor volumen de negocio a corto plazo y más dificultades para fichar a los jugadores más cotizados.