De Grippo y Verdasca a Guitián y Dorado

Todo ha cambiado. Ayer, hasta James se atrevió a hablar del playoff como objetivo para estos próximos cinco meses de competición. Lo dijo abiertamente, en voz alta, no como puede haber hecho cualquiera a escondidas y en silencio después de la profunda transformación del equipo contra el Extremadura, especialmente en el poderío y las sensaciones más que en la dimensión del resultado, un ajustado 2-1. Un partido que lo ha cambiado todo. También el entusiasmo y esa ilusión contenida que vuelve a rodear al Real Zaragoza tras la llegada de Víctor Fernández y que el propio Igbekeme asumió como suya y del vestuario al completo.

Las dos próximas jornadas definirán cuál es la dirección que tomará el Zaragoza, cuáles serán sus metas reales y cuáles sus posibles destinos esta temporada. No habrá que esperar mucho para ver a qué puede aspirar y a qué no. De momento, la tarea prioritaria es poner tierra de por medio con la zona de descenso. Pero, mientras tanto, todo ha cambiado. Hasta el centro de la defensa con la que seguramente formará el equipo en la segunda vuelta.

El fichaje de Guitián ha dado ya otra dimensión al puesto: tiene más categoría futbolística que cualquiera del cuarteto original. Pronto se le unirá Dorado, otro hombre con buena salida de balón, temple, sobrada experiencia y esa serenidad con la que juegan los centrales de Primera y que pone nerviosos a los de Segunda. Muñoz no es tanto, pero está en esa misma buena onda. De una mala noticia, la lesión de Grippo, la SAD hizo una oportunidad y la pareja de centrales, inestable e insegura todo el año, puede acabar siendo de total garantía.