Andorra ya es el principal destino del mundo para los ciclistas profesionales. Un total de 51 corredores, entre ellos varias de las principales figuras mundiales, se han instalado en el pequeño país pirenaico atraídos por sus ventajas fiscales y defendiendo las condiciones para entrenar. Esta cifra va aumentando poco a poco, por lo que es fácil que a finales del 2019 se supere el número de 60 ciclistas, lo que supone un auténtico pelotón de estrellas del pedal viviendo y entrenando en el Principado.

Desde este año, Andorra ya supera a Mónaco en cuanto a país de acogida de astros de la bicicleta. En la ciudad de Montecarlo viven ahora 44 profesionales; entre ellos Chris Froome, Peter Sagan y Nairo Quintana. Sin embargo, la nómina andorrana no tiene nada que envidiar al Principado de la Costa Azul. Julian Alaphilippe, el francés que es el gran atractivo actual del ciclismo, y el corredor colombiano Egan Bernal, considerado como la gran estrella del futuro, residen desde hace poco en Andorra, junto a corredores de la talla de los hermanos gemelos Simon (ganador de la Vuelta 2018) y Adam Yates, el irlandés Dan Martin, el australiano Rohan Dennis (campeón del mundo de contrarreloj), y hasta un total de 14 corredores de nacionalidad española.

«Las ventajas fiscales son el principal atractivo para que muchos ciclistas hayan solicitado la residencia andorrana, pero también el hecho de que el país disponga de hasta 21 puertos de montaña, señalizados todos ellos con datos para la escalada con letreros cada kilómetro. La densidad del tráfico y la peligrosidad de las carreteras alrededor de Mónaco les han llevado a cambiar de país», explican desde Andorra.

LA NORMATIVA

El Gobierno andorrano, que rehúye de que se considere al país como un paraíso fiscal, ha aprovechado la presencia de los ciclistas profesionales para impulsar la campaña Andorra territori ciclista y crear un nuevo destino para el emergente turismo cicloturista, que se pone en marcha en cuanto cierran las estaciones de esquí. El Ejecutivo del pequeño Estado se ha volcado en esta iniciativa, en la que ha invertido estas últimas temporadas para organizar llegadas y salidas tanto del Tour como de la Vuelta. «De hecho, los ciclistas profesionales solo tienen un par de meses malos para entrenar, una época en la que marchan mayoritariamente a Tenerife», cuenta Gerard Riart, presidente de la Federación Andorrana de Ciclismo, donde deben inscribirse y recoger la licencia profesional la totalidad de corredores extranjeros.

Sin embargo, debido a los acuerdos con la Unión Europea, los trámites para obtener la residencia se están endureciendo. Los ciclistas profesionales deben alquilar o comprar una vivienda en Andorra, requisito para conseguir lo que se denomina como «residencia pasiva», un certificado oficial que les permite vivir aunque no trabajar en empresas del Principado. Para ello deben presentar el contrato profesional ante las autoridades de inmigración y depositar 50.000 euros como fianza ante el Ministerio de Finanzas de Andorra, a los que se añaden otros 10.000 por personas a su cargo. «Si durante la estancia en el país les nace un hijo, en este caso la legislación les excluye del pago de una nueva fianza», explica una fuente conocedora de los trámites fiscales.

Los corredores solo pagan el 10% de su salario al fisco andorrano y deben permanecer, según la ley delpaís pirenaico, un mínimo de 90días al año allí. La mayoría duplica la estancia para evitar tener que abonar luego una cifra complementaria en la Hacienda de sus países de origen. Catorce son las nacionalidades representadas en el pelotón andorrano: Australia, España, Holanda, Colombia, Ecuador, Rusia, Italia, Portugal, Nueva Zelanda, Canadá, Gran Bretaña, Irlanda, Chequia y Francia. Entre los miembros de ese pelotón figuran las tres principales figuras españolas emergentes: Enric Mas, Marc Soler e Iván García Cortina. Movistar tiene seis ciclistas viviendo en Andorra por nueve del Mitchelton. Y el Sky trabaja para montar un Service Course y atender en mecánica y fisioterapia a sus ciclistas.