Juan Rosell, presidente de la CEOE, volvió ayer a hacer las delicias de los que defienden la reducción del Estado, y arremetió contra los funcionarios, los parados y los estudiantes repetidores. No generalizó, eso sí, pero tampoco hizo una propuesta sobre qué reforma de la función pública habría que hacer para acabar con los empleados públicos "prepotentes e incumplidores", como los denominó.

Tampoco explicó cuál es su modelo de servicios públicos de empleo para evitar que haya quien se apunte al paro "porque sí". El desempleado "debe obligatoriamente estar formándose". "Deben saber que trabajan para el Estado", afirmó.

El auditorio era de lo más propicio para un discurso de tintes ultraliberales: un foro --los promotores lo llama ágora-- en forma de desayuno organizado por el diario El Economista y la consultora Ernst & Young dirigido "a la alta dirección". Entre los asistentes --dirigentes de la CEOE, Cepyme y ATA, así como de grandes empresas-- el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, parecía desentonar.

Los funcionarios volvieron a ser la bestia negra del jefe de la patronal de empresas privadas, que se explayó en relatar malas prácticas. Por ejemplo, al inspector de Hacienda "que da la razón al contribuyente después de unos años, habría que pedirle responsabilidades".

Ante funcionarios "prepotentes e incumplidores" habría que recordarles, según Rosell, "que trabajan para nosotros, que no son dueños de su puesto de trabajo". Por eso, abogó por "evaluarlo, auditarlos y, a partir de ahí, tomar decisiones".

Ante el estudiante "que fracasa continuamente" propuso decirle que "no le vamos a consentir y no se lo vamos a pagar siempre que esté ocho años para acabar una carrera de cinco". Y también hubo reprimenda para quien visita al médico "abusivamente", al que "habrá que decirle: basta".

A pesar de todo, Joan Rosell se mostró dispuesto a aceptar una subida de impuestos siempre que sea "excepcional y temporalísima".

LOS SINDICATOS Antes de oír este discurso, Toxo respaldó que empresarios y sindicatos acuerden un plan de empleo y formación para los jóvenes.

Desde Sevilla, el líder de UGT, Cándido Méndez denunció que la patronal está "bloqueando y obstaculizando la renovación de miles de convenios" y abogó porque no se reduzca el número de trabajadores amparados por estos acuerdos.