El último paso se produjo ayer. La asamblea de Ibercaja dio el visto bueno, en una sesión extraordinaria, a la creación de Ibercaja Banco y traspasar a esta filial la actividad financiera de la caja, que comenzará a operar a partir del 1 de octubre.

El consejo de administración de la caja aprobó el pasado 19 de mayo crear Ibercaja Banco con el objetivo de trasladar la gestión de todos los activos y pasivos integrantes de su actividad financiera, excluyendo los correspondientes a la Obra Social y Cultural y de Monte de Piedad. De esta forma, la entidad será accionista al 100% de la nueva sociedad, cuyos dividendos revertirán en la Obra Social, según informó ayer la caja en un comunicado.

Para el presidente de Ibercaja, Amado Franco, el acuerdo adoptado ayer por la asamblea es un requisito indispensable para que la entidad siga siendo un referente del sistema financiero español. "Esta decisión es la palanca para preservar las fortalezas de la caja, enriquecer nuestro compromiso con la sociedad y cumplir los fines para los que fue creada", recalcó Franco.

En su opinión, la caja ha tomado la decisión que le asegura preservar su razón de ser y cumplir con sus fines financieros y sociales en un momento en el que las cajas viven un punto de inflexión histórico en su trayectoria, una "verdadera refundación del modelo".

Pese a esta coyuntura económica, agregó, Ibercaja ha fortalecido su solvencia, ha alcanzado un core capital entre los más elevados del sector financiero español y ha cumplido "con holgura" las exigencias de las dos ediciones de los estrés test europeos y de las pruebas de resistencia efectuadas por el Banco de España.

BALANCE La solidez de la caja aragonesa le permite tomar esta decisión como una herramienta, "no como un fin en sí mismo", aseguró Franco, quien indicó que el proceso de reestructuración sectorial todavía no ha concluido y la entidad está abierta a estudiar alianzas y operaciones, siempre que no se ponga en riesgo la estabilidad financiera de la entidad.

El director general de Ibercaja, José Luis Aguirre, afirmó que esta decisión es una gran oportunidad para la caja y subrayó que el ejercicio indirecto de la actividad "no cambiará la forma de hacer con clientes, empleados, proveedores y sociedad en general".

La segregación de activos y pasivos bancarios desde Ibercaja a Ibercaja Banco se lleva a cabo partiendo del balance de la entidad a 31 de diciembre de 2010, ejercicio en el que registró 44.988 millones de activo, gestionó un volumen de actividad de 82.089 millones y obtuvo un beneficio de 104 millones.