El miedo de los inversores y los ataques de los especuladores ya no se ceban solo con la periferia europea. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, interrumpió ayer sus vacaciones en la Costa Azul para convocar una reunión sorpresa matinal del núcleo duro de su Gobierno, de la que salió la promesa de acelerar los recortes del gasto para reducir el déficit. Pero en lugar de generar confianza, la iniciativa azuzó el pánico. El rumor de que el país iba a sufrir una rebaja de su calificación crediticia se extendió como la pólvora, y provocó una nueva debacle bursátil. De nada sirvió que las tres grandes agencias de calificación negaran tener planes de apear a Francia de la máxima nota (triple A).

Moody's y Fitch aseguraron que ni siguiera estudian revisar la calificación del país, y Standard & Poor's --que el pasado viernes realizó una rebaja histórica de la deuda de Estados Unidos-- fue aún más lejos y afirmó que el Gobierno galo es "más serio" en la gestión de sus problemas fiscales. Francia, subrayó, tiene un nivel de endeudamiento similar al estadounidense, pero su déficit y sus ingresos fiscales son mejores.

Sarkozy se ha fijado el 25 de agosto para decidir de dónde arrancará el dinero para rebajar una deuda que se eleva a 1,646 billones de euros, el 85% del PIB, y recortar un déficit del 7,1% del 2010 al 5,8% al cierre de este año.

SINRAZÓN Estos mensajes tranquilizadores cayeron en saco roto. Los inversores siguen al borde del ataque de nervios y cualquier atisbo de mala noticia les vale para multiplicar sus órdenes de venta. Las bolsas europeas, que abrieron al alza, sufrieron un vaivén poco habitual y cerraron con fuertes descensos. El Ibex 35, que por la mañana subía un 2,5%, acabó la sesión con una caída del 5,48%, la mayor desde febrero del 2009, perdiendo la cota psicológica de los 8.000 puntos.

Por si fuera poco, el Banco de Inglaterra y la Agencia Internacional de la Energía rebajaron sus previsiones de crecimiento y consumo de petróleo, respectivamente, lo que alimentó los temores a una recaída mundial. "Da igual que los rumores sean negados o lo que hagan las autoridades. Hay una especulación tremenda, y se haga lo que se haga, siempre encuentra motivo para seguir", explica Covadonga Fernández, analista de Self Bank.

"Todo apunta a que la situación continuará así por lo menos hasta septiembre. Hay poca negociación y ello provoca mucha volatilidad, y además los mercados especulan con la incapacidad de Europa para frenar su endeudamiento y con la posibilidad de una recaída en una recesión global", añade.

Los bancos fueron los grandes damnificados del pánico de ayer, particularmente los franceses por su exposición a la deuda y su sensibilidad a las rebajas de las calificaciones públicas. Societé Générale --sobre el que había rumores que estaba manteniendo reuniones con el Ejecutivo galo-- llegó a perder más del 20% y cerró con un descenso de alrededor del 15%.

El resto de las grandes entidades francesas también sufrieron caídas superiores al 10%, mientras que sus competidoras europeas rozaron los dos dígitos de descensos (el Santander se desplomó el 8,33% y el BBVA, el 7,83%). El sector financiero fue, así, plomo para las bolsas europeas (5,1% de caída de la alemana, 5,5% de la francesa) y acentuó la caída de Wall Street (4,63%), que en un día neutralizó la gran subida del miércoles.

PRIMAS INTERVENIDAS Donde apenas se notó el miedo fue en las primas de riesgo --diferencia entre la rentabilidad del bono a diez años y el alemán de referencia en la compraventa entre inversores, indicador del riesgo de impago a ojos del mercado--, gracias a que las compras del Banco Central Europeo (BCE) tienen este mercado intervenido en la práctica.

La prima de riesgo española subió ligeramente, de los 275 a los 283,8 puntos básicos, al igual que la italiana (de 282 a 289,2 puntos). El alza, con todo, se debió a que el pánico hizo aumentar las compras de la deuda alemana, como valor refugio que es, y su rentabilidad cayó del 2,365% al 2,192%. Los intereses español e italiano cedieron menos y permanecieron algo por encima del 5%. La prima de Francia llegó a superar por momentos unos históricos 90 puntos, pero cerró en los 85 puntos. En apenas un mes, ha subido 44 puntos.

Pese a la situación Alemania siguió sin echar una mano. El Gobierno se negó a ampliar el fondo europeo de rescate, una medida ansiada por el mercado. Precisamente, un sondeo desveló que solo el 42% de los miembros del partido de gobierno, la CDU, apoya los rescates a los socios del euros con problemas.