--El índice de siniestralidad laboral en Aragón ha bajado un 3,1% hasta septiembre, al registrarse 8.111 accidentes de trabajo. ¿La caída se debe al descenso de la ocupación?

--Creemos que el desarrollo de la Estrategia Aragonesa para la Seguridad y Salud Laboral 2010-2014 está dando sus frutos. El 2012 también fue bueno porque el índice de incidencia por cada mil trabajadores bajó en cinco puntos y este año se mantiene en el mismo nivel.

--¿Qué sectores concentran la mayoría de los accidentes?

--Fundamentalmente la industria y la construcción. De hecho, tenemos programas específicos para ellos. Lo que más nos preocupa ahora es el sector agrícola porque hay muchos trabajadores que están retornando al campo.

--En la construcción los accidentes se vinculan muchas veces con las subcontratas.

--Hay que incidir en este sector y lo estamos haciendo. Tenemos un programa de visitas a empresas donde los inspectores y los técnicos del Issla vigilan que las condiciones de trabajo sean las adecuadas.

--Los sindicatos echan de menos un mayor control. ¿Se necesitan más fondos?

--Si los sindicatos dicen eso, a mí no me lo han dicho. En el seno de la administración existe el Consejo Aragonés de Seguridad Laboral, que es un órgano de participación institucional en el que están los agentes sociales. Todas las políticas se han consensuado en el seno del consejo.

--La Inspección ha descubierto en Aragón desde el 2008 más de 7.000 trabajadores irregulares, el 90% por no estar dados de alta. ¿Cómo va la lucha contra el fraude laboral? ¿Hace falta una mayor dotación?

--Lo que nos transmite la dirección territorial es que el número de actuaciones es el adecuado. Aun sin tener más efectivos, la dirección territorial está plenamente concienciada de la necesidad de intensificar esta labor. Así se hizo en 2013 y se seguirá haciendo en 2014, aunque sí me transmiten que es complicado detectar los nichos de empleo sumergido.

--Antes de que se aprobara la reforma laboral en febrero del 2012 los ERE necesitaban una autorización administrativa. Los sindicatos consideran que este cambio está aumentando la conflictividad laboral y, además, está empeorando las indemnizaciones. ¿Qué opina?

--La conflictividad laboral por la desaparición de la autorización no se está produciendo porque el 95% de los ERE llegan aquí con acuerdo. Dicho esto, creo que la situación todavía es muy preocupante porque los datos de los ERE demuestran que las empresas aún no tienen confianza en el futuro cercano. Sin embargo, podemos destacar que el 92% de los expedientes que se han presentado durante este año son de suspensión de contratos o de reducción de jornada, y eso es lo que la reforma laboral plantea como alternativa a la destrucción de empleo. Además, hasta agosto hay un descenso del 17% en el numero de afectados por ERE y del 20% en los expedientes tramitados, lo que indica que hay una tendencia que se ha roto respecto a años anteriores y un cierto factor de estabilidad.

--Pero hasta agosto los ERE de extinción han afectado a 1.439 personas, un 9,7% más que en el mismo periodo del 2012.

--Eso es así. Ahora bien, que esto sea una consecuencia directa de la reforma laboral no es cierto. Uno de sus objetivos era frenar la destrucción de empleo y, a pesar de lo sucedido con los ERE de extinción, creo que se está consiguiendo. Aquí hay dos factores fundamentales: tiene que aumentarse el consumo y fluir el crédito. Mientras eso no se produzca va a ser muy difícil que en este país las empresas no sigan realizando expedientes de regulación.

--¿La nueva reforma laboral da más facilidades a las empresas para justificar la reducción de personal?

--La reforma da a las empresas mayor autonomía organizativa, no más facilidades para despedir. Algo que era necesario en la situación de absoluta emergencia en la que se encontraba el mercado de trabajo. Hay que recordar que en el 2011 y 2012 todo el mundo, incluidos los agentes sociales, ponían de manifiesto que las normas del mercado laboral no eran válidas. Es cierto que las empresas tienen más capacidad de decisión. Ahora bien, la reforma laboral no da libertad absoluta al empresario.

--¿Y cree que los sindicatos tienen ahora menos poder de negociación?

--Yo creo que era necesario modificar la estructura de la negociación colectiva. Y pienso que la reforma laboral incentiva la negociación colectiva y permite que no se petrifiquen las condiciones laborales de los trabajadores con convenios de hace cinco o seis años. Los agentes sociales tienen que amoldarse a la situación actual y creo que, a pesar de lo que dicen, lo están haciendo.

--¿A usted qué modelo le gusta más? ¿Cuando la administración tenía que conceder la perceptiva autorización para los ERE o este?

--A mí me gusta más este modelo.

--¿Los recortes salariales que están aplicando las empresas son necesarios?

--Nos guste o no, yo creo que sí. Todos los trabajadores y todas las empresas no pueden estar equivocados, porque la inmensa mayoría está llegando a acuerdos para recortar el coste salarial a cambio de la viabilidad de la empresa. Es cierto que estas rebajas redundan en el consumo interno, pero la situación es la que es.

--La carga de trabajo del SAMA se ha disparado desde el inicio de la crisis. ¿Se ha dotado de más medios al organismo?

--Este Gobierno siempre ha valorado la eficacia del servicio de mediación para fomentar la paz social. Tanto es así que, a pesar de la rebaja presupuestaria, se ha aumentado el presupuesto del SAMA un 3% en el 2013. Somos conscientes de que el número de mediaciones se ha duplicado y por eso queremos seguir apoyando al SAMA para que su calidad no se vea afectada. Ahora estamos intentando, y creo que será así, que su dotación para el 2014 no se vea mermada.

--¿Cómo ve la evolución de los datos del paro?

--Ya venimos diciendo que el cambio de tendencia va a ser muy lento y que el empleo es el último factor de recuperación. Los datos macroeconómicos indican que vamos en buena dirección, aunque en el día a día los aragoneses tardarán en notarlo. Lo que podemos aventurar es que con un incremento del PIB del 1% estaremos en situación no solo de frenar la destrucción de empleo, que creo que ya se está produciendo, sino de generar empleo. Además, los datos indican que se está estabilizando la situación empresarial, que los ajustes, más o menos, ya se han realizado y que a partir de aquí podría cambiar la tendencia.

--El tejido industrial está viviendo unos meses muy difíciles con varios cierres de empresas.

--Los conflictos laborales se están dando constantemente desde el 2008. Cada uno tiene su particularidad, pero lo que sí creo es que si una empresa decide salir de Aragón debería ser responsable y al menos hacer un esfuerzo para que los trabajadores sean debidamente recompensados.