A partir del 1 de enero próximo, los bancos correrán el riesgo de tener que pagar entre 500 y 1.650 euros por cada piso que lleve más de dos años vacío. Esta nueva carga, que se aplicará por vivienda en lugar de por metros cuadrados como se había previsto inicialmente, se incluye en el anteproyecto de ley que crea un tributo cuyo fin es estimular los alquileres asequibles. El gobierno catalán aspira a que la norma en el parlamento en julio.