Se comenta mucho sobre el déficit público y es lógico puesto que el dinero del déficit alguien nos lo tiene que prestar y si no se toman medidas podrían dejar de prestarnos. El déficit es consecuencia del gasto público, que aumentó mucho en los años 2007-2009 pero también del ingreso público que también bajó mucho en ese periodo.

En el 2013 la Administración recaudó 386.000 millones, el 38% del PIB. ¿Es mucho o es poco? Entre nuestros vecinos los ingresos públicos suponen de media un 47% del PIB, es decir, bastante más que aquí: 45% en Alemania, 53% en Francia, 48% en Italia y 41% en Gran Bretaña.

El máximo histórico de ingresos públicos se produjo en el 2007, con 433.000 millones, equivalente al 41% del PIB, próximo al 45% de nuestros vecinos. Pero en solo dos años, del 2007 al 2009, justo al comienzo de la crisis, los ingresos públicos bajaron en España un 15%, hasta 367.000 millones. Entre nuestros vecinos, y en el mismo periodo, bajaron apenas un 1%. Algo raro pasó aquí.

Es cierto que los impuestos son progresivos: el fisco recauda más cuando nos va bien, y menos cuando nos va mal. Por eso la subida o bajada de ingresos es mucho mayor que la del PIB. Pero esto ocurre en todos los países y no explica por qué aquí bajaron tanto los ingresos.

En estos dos años el PIB bajó en España un 1%, igual que nuestros vecinos. ¿Cómo es posible que los ingresos públicos bajaran tanto? Si miramos los datos, toda la caída de ingresos (66.000 millones) procede de la caída en los impuestos indirectos (-30.000 millones, un -24%) y de los impuestos directos (- 36.000 millones, un -26%).

Es llamativo que baje tanto la recaudación de impuestos. Y más llamativo que en dos años, en los que el consumo baja un 2%, la recaudación del IVA baje un 32%. Ha llegado la hora de mejorar la recaudación fiscal, no tanto subiendo impuestos, como se ha hecho hasta ahora, sino haciendo que todo el mundo pague lo que tenga que pagar.