La firma pública mexicana Pemex ha decidido dar por concluida una etapa, tras poner fin a 25 años como accionista de Repsol . La salida del capital comenzó ayer con una colocación privada entre inversores cualificados del 7,86% del capital, dirigida por Citigroup Global Markets y Deutsche Bank. Se trata de un paquete de 104,057 millones de títulos que dejan a la compañía como socio residual con apenas el 1,44% que seguramente también venderá. El 7,86% de Repsol valía ayer a cierre de mercado alrededor de 2.171 millones de euros. La mexicana se va de Repsol también con un dividendo debajo del brazo de 123 millones de euros.

Con esta operación, la petrolera presidida por Antoni Brufau supera el último escollo pendiente para encarar una nueva etapa. Tras zanjar el conflicto con Argentina por la expropiación del 51% de YPF en el 2012 con más de 4.600 millones de euros más en la caja, el accionista que discrepaba con la gestión ha arrojado la toalla y abandonará el consejo de administración.

Pemex ya era accionista de Petronor y, desde 1989 lo era de Repsol, que comenzó su singladura en la bolsa ese ejercicio. La relación ha sido de 25 años, pero las desavenencias con el presidente Antoni Brufau comenzaron en el 2011, cuando el grupo mexicano alcanzó un acuerdo de sindicación accionarial en la petrolera española con Sacyr, por entonces presidida por Luis del Rivero y con el que pretendía elevar su participación.

Ese acuerdo, destinado a promover cambios en la gestión y estrategia de Repsol, se rompió a comienzos de 2012 y quedó sustituido por un pacto industrial entre las dos petroleras, de 10 años de vigencia. La ruptura del pacto entre Pemex y Sacyr vino acompañada de la destitución como presidente del grupo de construcción y servicios de Del Rivero, quien sería sustituido en el cargo por Manuel Manrique.

Pese al acuerdo industrial con Repsol, Pemex ha mantenido una posición crítica con la dirección de la compañía española, hasta el punto de presentar de forma unilateral ante el consejo de administración de la petrolera una oferta de arreglo del conflicto sobre YPF, cuyo contenido quedó descartado.

SOCIOS DE REFERENCIA "Cuando ya se tiene la maleta hecha es difícil no irse". De esta forma explicaban ayer en el entorno de Repsol la salida de Pemex. La última gota que colmó el vaso fue el nombramiento de Josu Jon Imaz como consejero delegado, sin previa advertencia a los socios mexicanos. La designación del delfín del presidente tuvo el aval de los principales accionistas con la excepción del vocal de Pemex.

CaixaBank ha intentado en las últimas semanas lograr una salida pactada de Pemex. El presidente de La Caixa, Isidro Fainé, medió con los socios mexicanos e incluso intentó encontrar un relevo en el grupo de Juan Miguel Villar Mir, propietario de OHL, y socio de referencia de otra participada de CaixaBank, Abertis. Pero nada ha fructificado. La salida de Pemex se produce justo la semana anterior de la visita de Estado a España por parte del presidente de México, Enrique Peña Nieto, prevista los días 9 y 10.