En paralelo a la bajada de tipos de interés --hasta tocar suelo con un 0,05%-- y el anuncio de compra de deuda, el Banco Central Europeo (BCE) demostró su pesimismo al revisar a la baja sus pronósticos de crecimiento en la zona euro para el año en curso y el 2015.

Así, el pronóstico de crecimiento para el 2014 se sitúa en el 0,9% del Producto Interior Bruto (PIB) mientras que para el 2015 alcanza el 1,6%. La entidad monetaria también redujo sus previsiones de inflación una décima para situarla en el 0,6% en el 2014.

El crecimiento, según el presidente del BCE, Mario Draghi, muestra una tendencia a la baja. Por una parte, apuntó en su comparecencia ayer en Fráncfort tras el Consejo de Gobierno del BCE, la pérdida de actividad económica podría estar frenando la inversión privada y por otra los riesgos geopolíticos podrían minar la confianza en el consumidor y en los empresarios.

Las previsiones más a largo plazo fueron un poquito más optimistas y se revisó al alza, aunque solo una décima --1,9%-- el aumento del PIB en el 2016. Sin embargo, las previsiones de inflación para el 2015 y el 2016 se mantuvieron --en el 1,1% y 1,4%, respectivamente--.

Esta revisión a la baja de las previsiones de crecimiento es fruto de los para nada halagüeños resultados de los datos del segundo trimestre del año. Especialmente preocupante es la contracción de un 0,2% en la economía alemana, una de las más saneadas de la eurozona. Alemania, mirada con lupa en toda la eurozona, constataba el deterioro de su economía. El estancamiento en Francia y la entrada en recesión de Italia completan el desolador panorama. "El crecimiento está perdiendo ritmo", dejó constancia ayer el banquero italiano.

DEBATE SOBRE LAS REFORMAS

Mario Draghi entró de lleno en el debate económico que ahora recorre Europa entre los partidarios de una austeridad a rajatabla, encabezados por la cancillera, Angela Merkel, y los que piden flexibilizar las exigencias de déficit para crear empleo y potenciar el crecimiento, con Francia e Italia como máximos adalides. Francia no podrá cumplir el déficit previsto para este año y las previsiones auguran que lo tiene complicado para mantener las exigencias el 2015.

El presidente del BCE fue contundente al afirmar que el crecimiento se sustenta sobre tres pilares --reformas estructurales, política fiscal y política monetaria-- y que no puede prosperar con la carencia de alguno.

"Las reglas no se pueden romper", apuntó Draghi, firme partidario de respetar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento --acuerdo para garantizar la disciplina presupuestaria de los Estados miembros de la UE que obliga a mantener por debajo del 3% del PIB el déficit público y una deuda no superior al 60%--. "Las reformas estructurales son fundamentales", abundó para añadir que, sin las mismas las políticas monetarias y fiscales, no logran el efecto de crecimiento deseado. "Cada uno debe hacer su trabajo", dijo en referencia a los Estados miembros, responsables de llevar a cabo las reformas necesarias en sus respectivos países.

Draghi advirtió que "las reformas estructurales tienen costes, pero la ausencia de crecimiento también tiene un coste en sí misma". El producto interior bruto de la zona euro marcó un estancamiento en el segundo trimestre del año tras el crecimiento de un 0,2% en los tres primeros meses.