Las pulseras de la guarda

Los grandes proyectos también nacen de las pequeñas ideas del día a día. Esto lo sabe bien Rafa Ferrer, un joven turolense que recuerda cómo sus padres (ambos profesores) aludían con cierta frecuencia a la gran responsabilidad de los docentes con sus alumnos más pequeños. Este fue el germen de Neki Creactive SL, la empresa impulsada por este ingeniero de 24 años que acaba de lanzar al mercado el Reloj Nock, una pulsera que emite una alerta en el smartphone cuando los niños se alejan de sus padres en lugares en los que existen más posibilidades de perderse (centros comerciales, playas, grandes parques, excursiones...). Por entonces, Rafa Ferrer todavía estudiaba ingeniería informática en la Universidad de Zaragoza, pero ya comenzaba a darle vueltas a esa idea.

Unos años después nació Neki, impulsada por este joven turolense y otros dos socios zaragozanos, Raúl Novoa (39 años) y Nacho Vilalta (41). En un primer momento estaba orientada a colegios, pero el interés de los profesores por utilizar este dispositivo con sus hijos hizo que la idea se hiciera extensiva a un cliente más general.

Desde el punto de vista tecnológico, el objetivo inicial era diseñar una pulsera con bluetooth. Pero a partir del 2015, sus potenciales compradores sugirieron que incluyera GPS y pudiera recibir y realizar llamadas. "Para producir esta nueva versión hemos tenido que acudir a proveedores, porque antes lo hacíamos todo (diseño, montaje y tecnología) nosotros", recuerda Ferrer.

Nuevo producto

El buen resultado del Reloj Nock, cuyo precio es de 99 euros, ha impulsado a Neki a desarrollar un nuevo modelo, que, en esta ocasión, estará orientado a gente mayor (ancianos, enfermos de alzheimer o simplemente familiares con los que quieres estar en contacto). Es el Neck Senior, un dispositivo que incluye GPS, localizador y llamadas.

Su lanzamiento está previsto para este mismo año, aunque de momento Neki va a realizar unos tests para probar el producto. En concreto, dejarán seis o siete relojes de este tipo a unas seis personas para comprobar su resultado y poder incluir mejoras en el producto.

Un largo proceso

Ferrer se muestra entusiasmado con las posibilidades que ofrece el producto y subraya que el proyecto en el que está inmerso es "mi vida y mi pasión, porque me gusta lo que hago". Pese a ello, no olvida el trabajo que hay detrás. "Emprender no es sencillo, porque el mercado es complicado, pero quien tenga una idea y le guste lo que hace, le animo a hacerlo", apunta.

En el caso de este joven, ya comenzó a pensar en el proyecto durante su etapa de estudiante hasta que fue seleccionado para participar en el programa Spin-up de la Universidad de Zaragoza. Además, la pulsera ideada por Ferrer recibió uno de los premios Talentum Startups de Telefónica en el 2013. Pero el camino no ha sido fácil. "Nunca pensé que sería tan complejo crear una empresa", recuerda Ferrer, que tuvo que aprender temas relacionados con certificaciones, aspectos legales, aduanas, proveedores y un sinfín de cuestiones para crear Neki.

Durante un año y medio la empresa estuvo en el vivero del CEEI, pero finalmente los socios optaron por alquilar un local en el centro de Zaragoza.

Neki, que cuenta con una plantilla de siete personas, confía en vivir este año su despegue definitivo. De hecho, ahora está negociando con distribuidores europeos para comercializar sus productos en países como Bélgica, Alemania, Turquía y Polonia. De momento, Neki ya vende sus pulseras reloj en España a través de internet.