Zaragoza quiere ser una ciudad amable. Una ciudad que vertebre Aragón. Una ciudad que acoja a todos sus ciudadanos y que no excluya a nadie. Pero el planteamiento no puede ser solo social. La economía y la empresa tienen mucho que decir. También la universidad, refugio de brillantes investigadores como Mariano Sanz, que predice con clarividencia una ciudad basada en la movilidad y en la energía fotovoltaica. La II Jornada sobre Inversión Socialmente Responsable celebrada en Zaragoza recientemente constató los problemas a los que se enfrenta nuestra capital: pobreza energética, contaminación, ruido, políticas insostenibles o despilfarro. La solución no puede ser otra que el consenso.

En la línea de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa), Ebrópolis propone ya no un Plan Estratégico sino un Pacto Estratégico en el que todas las partes interesadas se encuentren representadas.

La ciudad no puede ser enemiga del ciudadano. Debe ser confortable, habitable, debe apostar por el movimiento, por la calma, por el kilómetro cero y por la cercanía del comercio de proximidad. La tecnología ya lo puede hacer posible. Solo hace falta voluntad y carisma para implantarlo. Gerifaltes mundiales ya se pusieron de acuerdo en París para la transición a un nuevo modelo económico ecológico, colaborativo y sostenible. Los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de Naciones Unidas apuntan en esa misma dirección. Y las pymes aragonesas van a encontrar un nicho de mercado en donde crecer y generar empleo altamente remunerado debido a su imprescindible cualificación.

Como la empresa zaragozana IASOL, que, especializada en instalación de placas solares para el autoconsumo de energía eléctrica (en instalaciones a las que no llega la red eléctrica como a otras que quieren autoabastecerse de la energía proporcionada por el sol), busca convertir a nuestra región en líder en España del sector. Y ya llevan diez años en la lucha con 30 instalaciones y más de 41,000 kilovatios instalados. Desde el universitario CIRCE proponen comprender, pensar, actuar y en consecuencia ahorrar. Aragón requiere más que nunca que todos estemos unidos en el desarrollo sostenible.