El Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, dentro de las acciones del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, nos invitó a participar en el ciclo de teatro Ni más ni menos: Iguales. Empezamos en octubre con la obra Lo veo por todas partes, dirigida por Nerea Barrios, que presenciamos los alumnos de Bachillerato del IES Monegros-Gaspar Lax de Sariñena. Se trataba de una obra de crítica social interpretada por cuatro mujeres y dirigida por otras dos.

La pieza reflejaba casos reales donde se mostraban al espectador diferentes situaciones, de mayor o menor rango de gravedad, con la presencia de algún tipo de violencia machista, principalmente física y psicológica.

Dentro de la obra el caso más grave de todos, bajo mi parecer, fue el agresor que acabó matando a la hija de la víctima por el hecho de causarle algún tipo de dolor. A este tipo de violencia de género se le llama vicaria.

También teníamos uno de los casos que más llamo la atención de parte del público, en el que el personaje que la actriz interpretaba perdía peso, estaba baja de defensas, y tenía que ir de manera continuada al médico por diferentes situaciones. Este tipo de violencia de género la clasificamos como psicológica, ya que todo lo que le ocurría a la mujer era causado por su agresor de manera verbal.

Otro de los casos se situaba en el inicio de la adolescencia. Nos iba mostrando cómo con el paso del tiempo, la víctima iba distanciándose de su familia y amigos, moderaba su modo de vestir por lo que su agresor le decía, hacía todo para agradarle, etc. La víctima acaba desarrollando una dependencia de la persona que la manipula, llegando a marginarse del mundo.

El último caso que se dramatizó en la obra era una situación de acoso del agresor a la víctima con continuas llamadas y mensajes.

Tras asistir a esta representación teatral, podemos concluir que a pesar del paso del tiempo y de la evolución social y política que se ha hecho en muchos países, en general, la sociedad sigue siendo, no en su totalidad, machista y retrógrada.

A día de hoy cuando se habla de feminismo muchos adolescentes, hombres e incluso niños, se sienten amenazados por ello, pero no se dan cuenta de que el feminismo no es símbolo de ataque, sino más bien es un símbolo de lucha, de igualdad y de derechos. El feminismo debe llegar y debe ser visible en la sociedad como un movimiento revolucionario y como una opción imprescindible para avanzar en lo que se refiere a desigualdad y violencia machista. Debe desempeñar un papel fundamental en la sociedad actual y en las futuras.