Solo quería su amor,

ese color,

esos ojos y esa voz.

Por el camino va mi ser,

y aún no he conseguido volver.

Me caí del acantilado más alto

de lleno entre sus brazos.

Notaba el bamboleo y cómo me acunaban.

Levanté la mirada,

lo único que vi, un rostro sin cara.

Con sosegada voz ella cantaba.

Cantaba el silencio en forma de nana.

¡Qué dulce letra, llena de pura nada!