--¿Va a haber algún giro en las decisiones que ha adoptado IU en los últimos 4 años en el Ayuntamiento de Zaragoza?

--A mí no me consta que IU haya estado en el Gobierno de la ciudad y cuando este se ha puesto, a última hora, a adoptar decisiones que buscan hipotecar el futuro de la ciudad como son todas las que tienen que ver con el Urbanismo en el último mes, nos ha tenido enfrente, por esa premeditación y alevosía. A IU y a Zaragoza en Común.

--Zaragoza en Común agrupa fuerzas políticas que, a las elecciones autonómicas, concurren por separado. ¿Le preocupa que esto le pase peaje a su candidatura o genere cierta confusión en el votante?

--En nuestro caso, tanto Podemos como IU, por hablar de las más importantes, nos apoyan. Igual que Equo, Puyalón, Somos y todos los partidos que integran esta gran coalición. Hemos llegado a acuerdos en los actos centrales de campaña y están apostando todos por nosotros, porque saben que es un movimiento municipalista, independiente, vecinal y porque solo busca el cambio en esta ciudad. Estamos desbordando a las formaciones políticas y en ese desborde siempre hemos mostrado nuestra generosidad a quienes decidieron dar un paso atrás para dejar que la ciudadanía se exprese sin ponerse la chapa de su afiliación concreta. Ese es un gesto que les honra.

----¿Coincide con el pronóstico que apunta a que será necesario acuerdos múltiples para gobernar la ciudad de Zaragoza?

--Todo apunta a que sí. Nuestro objetivo es ser la lista más votada y las decisiones que haya que adoptar después los someteremos a la asamblea ciudadana que tenemos. Pero como estamos convencidos de que vamos a ganar, el problema lo van a tener otros, de decidir si van a respetar o no lo que diga la mayoría de los vecinos.

--¿Podrían ser todos o ninguno?

--No, no. Aquí hay un problema con quien ha implantado una política económica con la que no ha rescatado a personas sino a bancos, como el PP, y que condicionado el desempleo, la precariedad y el margen de maniobra que ahora tienen los ayuntamientos, el vaciamiento de sus competencias en favor de las autonomías. Y la financiación de los ayuntamientos era una asunto por resolver, no la intervención de los mismos y cumplir con una deuda a los bancos imposible de afrontar.

--Se intuye que con el PP será difícil pactar algo.

--Nosotros lo que queremos es tener las manos libres para aplicar el programa. Si están de acuerdo en afrontar esas políticas sociales y de transparencia... Insisto, el problema lo van a tener ellos, no nosotros.

--¿Le preocupa el auge que está teniendo Ciudadanos en las últimas semanas?

--Creo que es claramente una operación mediática, de una marca blanca del PP, del desembarco de las constructoras y las grandes familias que han cortado el bacalao en Zaragoza y del PAR. Han creado una marca vacía que la han dotado de una serie de personas cuya trayectoria ya se irá conociendo si dejan a los medios hacer periodismo de investigación. Por eso no necesitan mostrar caras, ni ir a debates. Y cuanto menos se les vea, mejor para ellos. Ya les están pagando la campaña con el dinero de los bancos o del IBEX.

--¿Le inspira confianza el PSOE después de los últimos 4 años?

--El PSOE ha dejado de tener un proyecto de cambio o de transformación social, de ofrecer a los ciudadanos que revierta esta situación tan grave en la que estamos. Y ha tenido errores como el de la reforma del artículo 135 de la Constitución Española que ha reconocido hasta su secretario general, que nos ha atado al pago de la deuda a los bancos antes de a satisfacer las necesidades de la gente, que era lo que urgía. Pero la base del PSOE nos parece que ha sido gente decente, honrada y que ha luchado por la democracia y a ellos nos estamos dirigiendo porque creemos que con gente honesta se puede ir a cualquier lado.

--¿Qué les diferencia del resto en una izquierda tan fraccionada? ¿Ha servido de algo ese laboratorio de izquierdas que ha sido Zaragoza en este mandato?

--El laboratorio es el que hemos puesto en marcha Zaragoza en Común, juntando a siete formaciones políticas y muchos independientes en un proyecto vecinal de cambio y de transformación. En ese contexto, estamos dando ejemplo con cómo queremos ser, con esa forma de relacionarse de la gente con el ayuntamiento. Eso nos diferencia de los partidos de nuevo cuño y de personas que llevan 30 años ejerciendo cargos públicos. Lo primero que hemos hecho es firmar un código ético en el que no solo renunciamos a los grandes fastos sino también reducirnos el suelo y no cobrar más de 3,5 veces el salario mínimo. Mientras esa autocrítica no exista, habrá que poner muchas líneas rojas para poder establecer unas alianzas a futuro.

--Seguro que en un sueño ideal se ve como alcalde. En otro sueño ideal, ¿quien ocuparía la Presidencia del Gobierno de Aragón?

--Nosotros necesitamos un Gobierno que sea afín a este proceso de transformación. No podemos consentir que la DGA vaya por un lado y el ayuntamiento por otro. Y negociar todo, la financiación del consistorio y esa Ley de Capitalidad. Para eso es mejor hacerlo con gente que tenga entendederas y que sepa escuchar y comprometerse de verdad.

--¿Y quién sería la persona ideal para la Presidencia?

--Yo no me puedo pronunciar teniendo detrás de mí siete formaciones y una serie de personas independientes que no sé qué papeleta van a depositar en la urna. No me corresponde decirlo, me estaría saliendo de mi lugar.

--¿Y su preferencia personal?

--No me corresponde.