Cualificados dirigentes del Partido Popular admitieron ayer, por primera vez, que posiblemente el candidato Mariano Rajoy no logrará la mayoría absoluta y necesitará el apoyo de otros grupos para gobernar. El vicepresidente primero y ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, lo expresaron ayer en sendos medios de comunicación. Rato incluso dio por hecho que Rajoy gobernará "con acuerdos puntuales con CiU y Coalición Canaria".

Dirigentes de CiU acogieron con disgusto esa predicción porque interpretaron que se trata de un mensaje al electorado español más antinacionalista con el objetivo de movilizar su voto para alcanzar la mayoría absoluta. Además, CiU está utilizando los últimos días de campaña para centrar sus ataques en el PP y eliminar así cualquier sospecha de que el día 15 firmarán un pacto con el PP. No obstante, CiU no descarta abstenerse en segunda votación, para la que se necesita la mayoría simple. CiU se sentiría más cómoda si en la abstención se viese acompañada por PNV, cosa bastante difícil.

El candidato Rajoy mantuvo en declaraciones a la cadena SER una posición más esquiva cuando se le preguntó por los pactos poselectorales. Recalcó que su objetivo es un Gobierno sólo del PP, que llegue a acuerdos con el PSOE en cinco cuestiones de fondo: modelo de Estado, antiterrorismo, política exterior, reforma de la Justicia y pensiones. "Y luego hay partidos que ideológicamente son más afines, con los que se puede llegar a acuerdos en otras cosas", agregó.

Por la tarde, Rajoy estuvo en Barcelona, donde pronunció un mitin ante 3.000 personas, en el que insistió en su mensaje, repetido en los últimos días, de que el PSOE ha abandonado a sus votantes y a sus principios al aliarse con ERC. Dijo que la España en la que él cree es "la misma" en la que cree la "inmensa mayoría" de los votantes socialistas y concluyó reclamando el voto a los catalanes "que no están de acuerdo con la sumisión a Carod-Rovira".

MEJOR QUE AZNAR En su intervención matizó una afirmación hecha horas antes en Huesca, donde dijo que quiere hacer "un poco más y un poco mejor de lo que hizo Aznar en estos años". Ya en Barcelona, aclaró que Aznar "ha sido el mejor presidente de la democracia en España y en muchos años", tras lo cual apostilló que él intentará ser mejor "porque lo quiere Aznar y porque me lo va a exigir la mayoría de españoles".

CAMPAÑA EN LA MONCLOA Precisamente, José María Aznar llevó ayer a Moncloa la firma del acuerdo entre el Ministerio de Ciencia e IBM para instalar en Barcelona el superordenador más rápido del mundo. El acto, con claros tintes electoralistas, reunió a 40 altos cargos del mundo de la investigación y las empresas. El presidente, lejos de admitir que España es el antepenúltimo país de la UE por gasto en investigación y desarrollo (I+D), prometió aumentar en un 10% el presupuesto de este capítulo hasta el 2007.

También advirtió al gobierno catalán: "El riesgo no es sólo que no vengan empresas sino que las que ya están se marchen. Las amenazas valen de poco. Pueden ser rentables electoralmente pero perjudican mucho a los trabajadores porque ahuyentan a otras empresas y destruyen puestos de trabajo".