La situación está a punto de ser catastrófica. Las Naciones Unidas han declarado oficialmente situación de hambruna en dos regiones del sur de Somalia, Bakool y Bajo Shabele, una circunstancia que no se había dado en este país del Cuerno de África en las últimas dos décadas. Todas las organizaciones humanitarias, incluidas las aragonesas, están en alerta y muchas de ellas han puesto en marcha campañas para evitar que las cosas empeoren, circunstacia que las previsiones más catastrofistas ya dan por hecho.

Acción contra el Hambre asegura que en Somalia ya casi no hay cosechas e incluso en las zonas tradicionalmente más ricas del país han sido un 50% inferiores de lo habitual y, además, gran parte del ganado ha muerto o está muy débil. Los animales que todavía viven no producen bastante leche para alimentar a los niños, por lo que las familias intentan vender el ganado para comprar algo de comida y forraje y alimentar así a los animales que les quedan.

"Cada día que nos retrasemos en prestar asistencia es, literalmente, cuestión de vida o muerte para los niños y sus familias en las áreas afectadas por la hambruna", aseguró en Nairobi el coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU para Somalia, Mark Bowden. Asimismo, según explica la agencia Efe, el responsable humanitario de la ONU para Somalia advirtió de que esta hambruna representa la situación de inseguridad alimentaria más grave que hay hoy en el mundo, con los índices de malnutrición más altos del planeta, que alcanzan el cincuenta por ciento en algunas zonas del sur del país. Los datos facilitados por las Naciones Unidas muestran que casi la mitad de la población de Somalia, unos 3,7 millones de personas, están en crisis humanitaria, de los cuales 2,8 se encuentran en las zonas del sur.

Además, se da la circunstacia de que el sur de Somalia está, prácticamente en su totalidad, bajo el control de la milicia integrista islámica Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, que el pasado día 5 de julio levantó el veto impuesto en el 2010 a que las organizaciones humanitarias operaran en sus dominios.

En estas condiciones las organizaciones humanitarias se preparan para un duro trabajo. Sobre todo porque según denuncia la oenegé Intermón Oxfam, la ayuda solo cubre el 20% de las necesidades básicas de los diez millones de afectados por la terrible sequía. Naciones Unidas ha pedido 1.000 millones de dólares para resolver esta crisis, si bien los países y organismos internacionales solo han comprometido 200. La aportación española asciende, por el momento, a 14 millones de euros.

Ayuda económica

Intermón Oxfam ha pedido que los países ricos y los organismos internacionales intensifiquen "urgentemente" su ayuda económica a los países afectados, Somalia, Kenia y Etiopía, donde la sequía ha agravado más aún si cabe su ya difícil situación anterior. Ariane Arpa, directora general la organización, subrayó que es moralmente injustificable "que los países ricos no estén intensificando su ayuda ante la grave crisis que está azotando a millones de personas en el Cuerno de África".

La ayuda española se ha centrado, especialmente, en alimentación y apoyo a los refugiados, aunque, a juicio de la portavoz de Intermón, Lara Contreras, "es necesario que se ponga en marcha una reacción contundente con mayor cantidad de fondos". Reino Unido se ha comprometido a aportar cerca de 145 millones de dólares, la Unión Europea destinará alrededor de 8,5, mientras que Francia, Dinamarca e Italia no han concretado "ninguna suma significativa", según Intermón.

En medio de toda esta situación se encuentran los más pequeños. Unicef en España, con la estrecha colaboración de su delegación aragonesa, debido a la gravedad de la emergencia nutricional en el Cuerno de África, ha enviado 100.000 euros para contribuir a paliar los efectos de la crisis nutricional que afecta a más de dos millones de niños, entre los que hay 500.000 en inminente riesgo de muerte.

Esta cantidad se destinará a programas que la organización por la infancia está llevando a cabo en la zona y que están orientados a tratar la desnutrición aguda a través de alimentación terapéutica, el suministro de medicinas y vacunas para prevenir enfermedades, a mejorar el acceso a agua potable y al apoyo de programas de educación y de protección de la infancia.

Esta crisis ha sido reconocida como la más grave a nivel mundial y la peor que ha afrontado la zona en los últimos 60 años. Etiopía, Somalia, Yibuti y Kenia son los países que sufren el triple azote de la sequía, la subida del precio de los alimentos y el conflicto armado en Somalia. Estos factores, que se vienen agravando desde el mes de octubre pasado, han provocado que la vida de más de 11 millones de personas esté en riesgo.

Por el momento, el futuro es demasiado incierto. La solidaridad ayuda enormentente, pero no cambia los problemas de fondo, así, las oengés se están volcando con los afectados por la grave hambruna causada por la sequía, los conflictos y los elevados precios de los alimentos.