Conocer los problemas es esencial para ayudar a solucionarlos. En el mundo se dan todo tipo de problemas y sobre todo los que más suelen angustiar son los de conocer, y ver en fotografías, que hay niños que mueren de hambre. ¿Conocemos que hay culturas muy pobres que cuando nace una niña o la matan o en el mejor de los casos la abandonan? Sobrecoge este panorama, si no existiesen Fundaciones donde se da solución a estos y otros muchos problemas. Por eso, y en cumplimiento de los objetivos del Milenio, Fundación Juan Bonal está trabajando a través de las Hermanas conocidas por Las Anas.

Aunque trabaja en todos los sectores, hay uno primordial que es "conseguir la Enseñanza Primaria Universal", y eso lo lleva a cabo por los padrinos. Pero con ese objetivo, también está cumpliendo el primero, porque un niño apadrinado, es alimentado, vestido y cuidado, procurando que estudie para que el día de mañana sea el dueño de sus propios actos y no se deje manipular, procurando el bien y el auge de su país.

Tal vez os preguntaréis y ¿qué tiene que ver esto con la comunicación? Pues todo, porque la comunicación lleva al amor y la Fundación vive para comunicar el amor por los más pobres y necesitados que es el espíritu de Juan Bonal y esas maravillosas personas que lo dejaron todo por dedicarse a la Caridad. Y si funciona la comunicación es que existe un grupo de personas que han puesto todo su corazón para hacer perfecta la solidaridad Y hay que comunicar, porque lo que no se comunica no existe.

En nuestra sociedad, la imagen es una variable fundamental sobre la que se construye la confianza. A través de la comunicación hemos de conseguir transmitir la imagen de nuestra organización y que ésta sea un reflejo fiel de sus valores. No basta con que nuestro fin sea favorecer a los necesitados, ni con que seamos transparentes, eficientes, eficaces ni que trabajemos con criterios éticos. No basta con serlo, sino que además debemos de ser capaces de transmitir a la sociedad que lo somos. Y aquí es donde la comunicación puede resultar clave para nuestra organización.

La solidaridad es una virtud contraria al individualismo y al egoísmo y se asienta en el servicio y busca el bien común. Su finalidad es intentar o solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás. Y además requiere discernimiento y empatía, ponerse en el lugar del otro. Y estas cualidades también van inherentes en la comunicación auténtica y profunda, la que llega hasta los sentimientos.

Y, ¿por qué solidaridad? Porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en este barco de la humanidad, porque somos iguales en dignidad y derechos. Por eso es importante comunicarnos a través de esa solidaridad que se entrega al otro sin esperar nada a cambio, porque así haremos posible la felicidad del que da y del que recibe.