Somalia sufre la peor sequía de los últimos 60 años. Está dejando a millones de niños y ancianos famélicos y a madres con pechos estériles, situación que se ve agravada por la presencia del grupo terrorista Al Shabab, vinculado a Al Qaeda.

A pesar de las lluvias torrenciales, que han acabado en los últimos días con la vida de al menos 15 personas en Mogadiscio, la sequía del Cuerno de África ha colocado a cerca de 11 millones de somalíes en situación de emergencia humanitaria, han advertido numerosas organizaciones no gubernamentales.

"Esto es más que una sequía. No ha llovido en los últimos tres años. Somos granjeros y dependemos de la lluvia", dijo a Efe Haji Ali Osman, un anciano que guió recientemente a 74 familias desde la zona rural de Gurban hasta Mogadiscio en una travesía de cientos de kilómetros para huir de la miseria y buscar alimento en la capital somalí.

Sin embargo, la sequía y el hambre son sólo una parte de un conflicto agravado por la presencia de los integristas de Al Shabab, que el pasado día 5 levantó el veto fijado en el 2010 a las organizaciones humanitarias en las zonas bajo su control.

"Al Shabab prohibió a las agencias humanitarias operar en las zonas afectadas y ahora está dejando morir a la gente sin dar ningún tipo de ayuda. Tratan de ocultar lo que está sucediendo", señala Meymun Sheij, un trabajador de una oenegé. "De esta forma --agrega Sheij--, están llevando a cabo un lento pero constante genocidio. La sequía ha acabado con miles de vidas, pero como no hay medios presentes, nadie lo sabe".

Al Shabab pretende derrocar al Gobierno Federal de Transición somalí, respaldado por la comunidad internacional, e instaurar un Estado radical musulmán de corte wahabí. Somalia vive sin Gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, y pasaron a controlar su territorio señores de la guerra tribales, milicias islámicas y bandidos.