El Comité Internacional de la Cruz Roja ha asegurado que, un año después de las inundaciones del pasado verano en Pakistán, todavía se sufren sus consecuencias porque hasta ahora no se han podido sembrar las tierras, que son el principal medio de subsistencia de muchas familias. "El primer aniversario de las inundaciones constituye un doloroso recordatorio de lo larga y difícil que está resultando la recuperación", subrayaron desde la Cruz Roja en un comunicado.

La Cruz Roja y la Media Luna Roja de Pakistán siguen trabajando juntas para ayudar a las familias cuyas tierras se acaban de volver a sembrar por primera vez desde la catástrofe, que afectó especialmente a la parte de norte de la región de Sindh, al sureste de Pakistán, y en las que murieron más de 2.000 personas.

En ese área las comunidades más vulnerables siguen recibiendo asistencia alimentaria de emergencia, mientras los agricultores esperan a que germine la primera cosecha de arroz tras las inundaciones, en la que se utilizaron semillas y fertilizantes proporcionados por el organismo.

Desde Cruz Roja recordaron que ahora comienza la temporada del monzón, por lo que los 11 millones de personas que perdieron sus hogares en las inundaciones de hace un año, no solo luchan por reanudar su vida, sino que se exponen además a un nuevo desastre climático. Por ello, la Media Luna Roja de Pakistán, seguirá prestando asistencia tanto a los afectados de estas catástrofes, como a las víctimas de los enfrentamientos.