Es uno de los temas de los que más se habla últimamente. La banca está en boca de todos y no precisamente para bien. Parte de la culpa de la crisis económica viene de su desorientada gestión en los años de bonanza. Además, se suman sus actitudes chulescas, sobre todo ante situaciones como los desahucios, de las que todo el mundo ha sido testigo.

Pero es importante no olvidar una cuestión fundamental. La falta de empatía o lo arbitrario de sus actuaciones no pueden empañar la realidad de que, por ahora, los bancos son necesarios. De esto saben mucho las oenegés, que han decidido no ocultar lo evidente y afrontar con decisión el problema. Por este motivo la Federación Aragonesa de Solidaridad ha comenzado un proceso de reflexión en el que evaluarán alternativas y tratarán de responder a la pregunta fundamental de qué hacer con el dinero.

De este modo pretenden que la reflexión les lleve a conocer y a usar mejor las propuestas de economía economía solidaria y banca ética que ya existen. El proceso se concretará después del verano y tratará de orientar tanto a organizaciones como particulares sobre qué uso se le pueden dar a los ahorros para contribuir a que el mundo avance en la dirección correcta.

Desde el portal de Economía Solidaria dan algunas claves al respecto. Aseguran que cuando se analizan en profundidad los grandes flujos económicos y sus consecuencias vemos cómo sistemáticamente estos potencian el modelo económico y social imperante a costa de los países o personas de menor poder económico, con unas consecuencias negativas que están a la vista. De esta forma, el sistema financiero tradicional no da respuesta a los deseos y necesidades de un sector de los ahorradores.

Panorama

Los criterios que dan para una financiación solidaria y diferente son básicos, pero muy alejados del panorama bancario ante en que una parte de la sociedad se han plantado en los últimos meses. Destacan que el usuario tiene derecho a saber de qué modo se está utilizando su dinero; qué proyectos, ideas o empresas se están financiando con él, que los recursos económicos deben utilizarse con un provecho social, creando empleo o ayudando a la inserción sociolaboral de personas excluidas.

Desde Setem, una de las organizaciones participantes en el proceso de reflexión iniciado desde la Federación Aragonesa de Solidaridad, destacan en concepto finanzas oscuras, con la intención de denunciar la poca transparencia de las entidades. En su página web indican que la banca ética sirve como alternativa a la banca convencional, "velando por la rentabilidad tanto social y medioambiental como económica. Esto significa apoyar empresas y proyectos sociales, medioambientales, culturales y humanitarios. En definitiva, dotar al dinero de una cara más humana". Así, explican que ofrece los mismos productos que ofrece la banca convencional con el valor añadido de funcionar con total transparencia.