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Crisis de saneamiento

Ante el Día Mundial de Agua que se celebra mañana, ONGAWUA recuerda que seis de cada ocho personas en el mundo carecen de infraestructuras para el tratamiento de aguas residuales

Crisis de saneamiento

Mañana se conmemora el Día Mundial del Agua. Pero, más que una efémeride para la celebración, se trata de una fecha que muchas oenegés que trabajan en el campo del agua y el saneamiento aprovechan para lanzar un mensaje de alerta. Y es que, según datos de Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS), 4.500 millones de personas no disponen de un saneamiento adecuado y seguro en el mundo.

«A pesar de que el saneamiento es un derecho humano reconocido por Naciones Unidas, junto al derecho al agua desde el 2010, y como un derecho autónomo desde el 2015, el hecho de que 6 de cada 10 personas en el mundo no puedan ejercerlo, y las dramáticas consecuencias en términos de salud, educación y dignidad de no hacerlo, justifican que pueda hablarse de una crisis global de saneamiento», señala Jose Manuel Gómez, ambiéntologo que trabaja para Ongawua Ingeniería para el Desarrollo Humano.

Además, recuerdan desde esta oenegé, 2.100 millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable gestionado de forma segura. Estamos lejos, por tanto, de alcanzar el acceso universal incluido en el sexto de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que la comunidad internacional aprobó en el 2015. «Lograr este acceso universal al agua exige mayores niveles de compromiso y eficacia por parte de todos los países, y España tiene que estar a la altura del reto», sostiene Ongawua en un comunicado, que este lunes se leyó a las puertas del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

El ODS 6 de la Agenda 2030 constituye un compromiso y un marco compartido para orientar las políticas y acciones en materia de agua y saneamiento, tanto las relacionadas con la gestión sostenible de los recursos hídricos nacionales como las vinculadas a la acción exterior y la cooperación internacional para el desarrollo.

«La Agenda 2030 supone un compromiso con el acceso universal al agua y saneamiento para todos los países del mundo y España tiene que estar a la altura», señala Alberto Guijarro, responsable de campañas de Ongawua. «El papel clave que ha jugado España en el reconocimiento internacional del derecho al agua, y la importancia del Fondo de Cooperación en Agua y Saneamiento (FCAS) en la contribución al acceso universal en América Latina, no pueden tirarse a la basura», insiste.

Para ello, desde Ongawua consideran que es «imprescindible» que el Gobierno cumpla su compromiso de aumentar el presupuesto de cooperación al desarrollo «hasta alcanzar los niveles que se esperan de un país que aspira a estar en el primer plano de la agenda internacional. Después de varios años de crecimiento continuo del PIB no hay excusas para no recuperar y superar cuanto antes los niveles de ayuda de antes de la crisis, y establecer un calendario presupuestario a medio plazo orientado a alcanzar el 0,7%».

En relación a la cooperación en agua y saneamiento, esta oenegé considera que «el incremento debe ir acompañado de mejoras cualitativas, priorizando las acciones que aseguren las capacidades locales y la sostenibilidad frente a aquellas centradas únicamente en la inversión en infraestructura». Además, piden al Gobierno que priorice los proyectos en África Subsahariana, la región más castigada por el cambio climático.

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