Este jueves, 15 de julio, se celebra el Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, un término que hace referencia a los avances que contemplan la dimensión ética, cultural, social, económica y medioambiental en su planteamiento. El binomio tecnología y discapacidad encaja a la perfección en este marco, al ser las personas con discapacidad un target estratégico para un desarrollo tecnológico inclusivo, que no deje a nadie atrás, como reza la Agenda 2030.

En torno a esta fecha, la Fundación Adecco, con el apoyo de Keysight Technologies Spain, presenta el informe Tecnología y discapacidad, un análisis que, a lo largo de los diez últimos años ha profundizado en cómo la tecnología se está imponiendo como gran aliada para la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad, en una sociedad eminentemente digitalizada. Este se basa en una encuesta realizada a 700 personas con discapacidad en búsqueda activa de empleo.

La transformación digital puede ser un gran estímulo para seguir avanzando hacia la recuperación del empleo de este colectivo. Así lo creen la mayoría de los encuestados, aunque algo más de un tercio discrepa de este planteamiento, ante el temor a que los empleos que habitualmente ocupan se vean reemplazados por máquinas o que los sesgos de la inteligencia artificial les dejen fuera de los procesos de selección. El 68% de los encuestados considera que los avances tecnológicos son grandes aliados para su acceso al empleo. Sin embargo, un 32% ve la oleada de cambio tecnológico con desconfianza.

Romper la racha

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, «hemos de dejar de hablar en términos de destrucción de puestos de trabajo para referirnos a transformación en el empleo. La tecnología no ha venido a sustituirnos, sino a acompañarnos, y nuestro reto es aprovechar su potencial, poniéndola al servicio de las personas. Para ello, es fundamental minimizar la brecha existente, reforzando las competencias digitales entre las personas con discapacidad, así como conectando los ámbitos tecnológicos y social, de modo que toda innovación tecnológica contemple desde el principio las necesidades de las personas con cualquier tipo de discapacidad».

Asimismo, el directivo añade que «es necesario modular, en caso de haberla implementado, la automatización de los procesos de selección, equilibrándola siempre con el factor humano. De lo contrario corremos el riesgo de que los avances tecnológicos ahonden la brecha de desigualdad y reforcemos los prejuicios contra los que estamos tratando de luchar».

Pero las tecnologías mejoran la calidad de vida de las personas con discapacidad, impactando positivamente en su acceso al empleo y facilitando acciones cotidianas. El 70% de los consultados asegura que han facilitado su formación, acceso al empleo, ocio o comunicación. Además, el 72% de los encuestados con empleo explica que las nuevas tecnologías le ayudan a desempeñar su puesto de trabajo. De ellos, un 18% utiliza productos de apoyo adaptados a su discapacidad, como ratones ergonómicos, y un 9% comenta que ha encontrado su empleo gracias a la consolidación del teletrabajo con la pandemia.