Ningún asomo de autocrítica. José María Aznar y Mariano Rajoy abandonaron ayer cualquier atisbo de contención y, pese a proclamar formalmente su respeto a la victoria del PSOE en las elecciones del 14 de marzo, atribuyeron la derrota del PP a la "carga emotiva" por la masacre de Madrid y a una campaña "antidemocrática e ilegal" dirigida por los socialistas contra los conservadores.

El presidente del Gobierno en funciones y el secretario general del PP lanzaron esta durísima acusación en la primera reunión de la junta directiva nacional del partido tras los comicios, que acogió sin objeciones la tesis de sus líderes. En sendas intervenciones abiertas a los medios de comunicación, Aznar y Rajoy pasaron al contraataque tras el descalabro electoral y se esforzaron en ofrecer argumentos a los suyos para convencerlos de los beneficios de preservar la unidad del partido.

ULTIMO MOMENTO Aznar, que decidió a última hora tomar la palabra para "afrontar la realidad" en su condición de presidente del partido, acusó al PSOE y a "un poder fáctico fácilmente reconocible" --en alusión, según fuentes del PP, al grupo Prisa, propietario de El País y la Cadena Ser-- de "violentar el luto y la reflexión de los españoles". Se refería así a las manifestaciones que se sucedieron la víspera electoral ante sedes del PP en distintas ciudades.

El presidente en funciones desvinculó los atentados de Madrid de la guerra de Irak, de la que fue copatrocinador con George Bush y Tony Blair. "Los atentados del 11 de marzo pudieron cometerse antes o después de la guerra de Irak, aleatoriamente", dijo.

Al hilo de su argumentación, criticó de nuevo a José Luis Rodríguez Zapatero por "ceder a toda prosa ante el terrorismo" con su anuncio de retirar las tropas españolas de Irak si no quedan bajo mandato de la ONU.

Rajoy, que abrió el acto, sostuvo que el Gobierno siempre ofreció la información de la que disponía tras los atentados terroristas de Madrid y afirmó que "quienes sí mintieron, sabiendo que mentían, fueron algunos políticos, como el portavoz del PSOE, y otros".

VOTO "EMOTIVO" El candidato derrotado alegó que tras la masacre del 11-M se produjo una "presión vergonzosa y antidemocrática" ante las sedes de su partido y recordó que la Junta Electoral Central declaró "ilegales" las manifestaciones de la víspera electoral. Como consecuencia, añadió Rajoy, se produjo "un voto cagado de enorme emotividad".

El líder popular remató su reflexión sobre los resultados electorales con la siguiente afirmación: "El PSOE ha ganado, y eso nadie lo discute. Pero el PSOE debe gobernar sabiendo las procedencias muy variadas y las razones muy variadas de los votos que recibió".

Aznar y Rajoy admitieron que el momento por el que atraviesa su partido es "difícil", pero resaltaron que nunca antes el perdedor de unas elecciones ha quedado tan bien situado como el PP: 9,7 millones de votantes, 148 escaños, nueve gobiernos autonómicos y numerosos ayuntamientos.