Juan Carlos y Sofía llegaron en helicóptero a Crawford sin que la lluvia torrencial de la víspera jugara una mala pasada. Vestidos con ropa informal, los Reyes y el matrimonio anfitrión subieron a un vehículo, con George Bush al volante, para realizar un breve paseo. Cielo gris, pastos, pocos árboles, lagos y muchas vacas componían el paisaje.

El almuerzo fue el propio del Día de Acción de Gracias: pavo relleno, albóndigas de pasta de maíz y de postre, pastel de frutos secos y calabaza. Y lubina para la Reina, que no come carne. Poco antes de la comida, Sofía regaló a la familia Bush unas insignias de la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos del 2012.