El plan Ibarretxe, tras su sorpresiva aprobación el jueves por el pleno del Parlamento vasco, debe superar todavía nuevas etapas antes de estar, como desean los partidos nacionalistas vascos, vigente plenamente. El propio proyecto del lendakari ya dicta cuáles son los próximos pasos. Por lo pronto, el Ejecutivo vasco tratará de abrir un proceso negociador con el Gobierno central con el objetivo de que el texto del plan sea enviado a las Cortes Generales para su ratificación por parte del Congreso de los Diputados y del Senado. Según el lendakari, ese proceso de negociación "no debería superar los seis meses".Poco antes de que expiren esos seis meses de plazo, se celebrarán elecciones autonómicas en el País Vasco. El plan soberanista, sin duda, será el eje central de la campaña.Aunque es un futuro improbable, si el documento fuera validado por las Cortes (de entrada, la Mesa del Congreso debería aceptarlo como propuesta de reforma de Estatuto) sería nuevamente trasladado al Parlamento vasco antes de ser sometido, por fin, a referendo en Euskadi. Si, como es prácticamente seguro, el Gobierno español se niega a dar ni siquiera el primer paso (abrir una negociación), Ibarretxe ya ha anticipado que planteará igualmente la consulta popular en el País Vasco siempre y cuando se dé como condición previa que sea "en ausencia de violencia y sin exclusiones". Con la obtención de un hipotético sí

en referendo, el plan sería nuevamente presentado al Gobierno central.