Mariano Rajoy ratificó ayer en Guadamur (Toledo) que va a seguir "luchando" por España y "el sentido común" y que se presentará a una próxima sesión de investidura "cuando tenga los votos suficientes". Sin embargo, las cuentas siguen sin salir porque sus condiciones no han cambiado desde el 20-D. "En democracia hay que hacer caso a lo que dicen los ciudadanos", apostilló. Y tildó de "broma" que el PSOE quiera echarle y derogar todas las reformas. "Eso no va a ser", dijo.

El presidente del Gobierno en funciones, a modo de mítin electoral, insistió que no se moverá de la postura que defendió en las pasadas elecciones generales por considerar que es la "más razonable y sensata". E insistió en la coalición con el PSOE a la que podría sumarse Ciudadanos como la única salida a "este sinfín de dimes y diretes, de reuniones y ruedas de prensa", advirtiendo que su partido "no va a participar en este enredo".

PERSONA MUY GRATA Mariano Rajoy se sintió muy querido en Guadamur, donde se le hizo entrega de una placa en la que se le declaraba "persona muy grata" después de que en Pontevedra fuera declarado persona "non grata". Asimismo, defendió su gestión de Gobierno en la última legislatura y advirtió de que "los experimentos los pagan el conjunto de los españoles".