El Congreso ha tumbado el proyecto de Presupuestos Generales de 2019 de Pedro Sánchez. Los diputados han apoyado las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, Ciudadanos, ERC, PDECat, Foro Asturias y Coalición Canaria y el proyecto ha decaído por 191 votos frente a 156. Ha habido una abstención, del parlamentario de Nuevas Canarias, Pedro Quevedo, socio electoral de los socialistas.

La devolución ha sido respaldada por todos los grupos que han presentando enmiendas y también por Unión del Pueblo Navarro, Bildu y dos diputadas de Unidos Podemos, la gallega Alexandra Fernández, enfrentada con el resto de compañeros de En Marea, y la catalana Marta Sibina, de En Comú, en protesta por el bloqueo de los barcos de ayuda humanitaria en el Mediterráneo.

El jefe del Ejecutivo ha abandonado la Cámara baja sin decir ni palabra y se ha dirigido al Palacio de la Moncloa para continuar con su agenda de trabajo, según fuentes de su equipo.

La única esperanza que tenía el Gobierno era que los dos partidos independentistas rectificaran y retiraran esos vetos, para que no hubiera mayoría absoluta en contra de los Presupuestos. Sin embargo, los soberanistas los han mantenido después de que el Ejecutivo no aceptara negociar el derecho de autodeterminación. Su decisión abocan a Sánchez a un adelanto electoral que conllevan el riesgo de que las derechas (PP, Ciudadanos y Vox) ganen con mayoría absoluta.

El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, piensa que si el jefe del Ejecutivo decide convocar elecciones en primavera "será porque habrá concluido que en este momento es mejor para sus intereses, cosa que es legítima". Tardà ha vuelto a calificar de "un gran error histórico" que "una parte de la izquierda española", en referencia a los socialistas, se haya "asustado" ante el alcance de sus conversaciones con las fuerzas independentistas catalanas, imposibilitando así que retiraran sus enmiendas a la totalidad. Se refiere a los contactos de Sánchez con la Generalitat de Quim Torra y la aceptación de la figura del "relator" que se conoció la semana pasada, aunque la velocidad de los acontecimientos hagan pensan que ocurrió hace meses.

EL PSOE DENUNCIA "DEMANDAS INADMISIBLES"

Adriana Lastra, portavoz del PSOE, ha criticado la "intransigencia" de ERC y el PDECat con "demandas inadmisibles", entre ellas ha citado el derecho a la autodeterminación y la "injerencia política en un proceso judicial".

Solo había ocurrido en una ocasión desde 1978 que un presidente del Gobierno no lograra sacar adelante su primer proyecto presupuestario. Felipe González, en 1995, no obtuvo el respaldo de CiU y acabó convocando generales en marzo de 1996, cuando ganó el PP de José María Aznar.

ADELANTO DE LAS ELECCIONES

El rechazo podría suponer un adelanto electoral que, en todo caso, debe anunciar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Según fuentes cercanas a Sánchez, está previsto que esa declaración oficial se produzca este jueves en el palacio de la Moncloa.

El jefe del Ejecutivo tiene sobre la mesa dos fechas posibles con sus respectivos análisis de pros y contras. Sus colaboradores admiten que la decisión última “es personal”. Puede elegir el 14 o el 28 de abril. El 'superdomingo' en mayo quedó descartado.

Fuentes conocedoras de los detalles explican a este diario que en la reunión del lunes por la tarde se avaló el 14-A. Parecía definitivo. Sin embargo, algunas personas próximas al presidente y el PSOE prefieren que las generales sean el 28-A por dos motivos: ya habrán finalizado las vacaciones de Semana Santa (que podría precipitar una baja participación) y, sobre todo, porque estaría más cerca de las elecciones del 26 de mayo y ejercería una influencia positiva en activación de voto sobre esa campaña de municipales, autonómicas y europeas. La tesis del 28-A, indican fuentes gubernamentales, es en estos momentos la más probable, pero no es definitiva hasta que Sánchez dé la validación definitiva.

DESDE NAVIDAD

El Gobierno asumió desde navidades que los Presupuestos difícilmente iban a salir adelante y lleva desde entonces preparando una campaña para la primavera, aún sin fecha decidida.

Fuentes gubernamentales explican a EL PERIÓDICO que todo se aceleró el viernes y que Sánchez tomó este domingo, tras el pinchazo de la manifestación de PP, Cs y Vox, la decisión de poner fin a la legislatura y convocar elecciones en abril. Con esto asumido, el Gobierno no volvió a negociar con los dirigentes soberanistas, a pesar de que hasta la votación del miércoles había tiempo para una acuerdo. Voluntad ya no. El presidente tuvo claro el domingo el adelanto electoral. No era, como muchos interpretaron, un órdago a los independentistas. No servía de nada el intento a la desesperada de Pablo Iglesias.

Desde la Moncloa creen que este es el momento adecuado. El quiebre de la alianza con los independentistas y el miedo de un tripartito de derechas con Vox dentro del Gobierno son dos bazas que jugarán en una campaña que prevén reñida pero afrontan “esperanzados”. Tienen encuestas. Sánchez lleva preparándose para esta contienda desde que llegó a la presidencia.